Filme documental pequeño por donde se lo mire, y en todo sentido, ya que la primera descripción de la chispa que le dio origen se cierra como una anécdota que, sabida, sólo ocupa una porción mínima del relato audiovisual, que por suerte no se estira demasiado.
La historia del robo del sable corvo del general San Martín, termina por ser una excusa, por momentos burda, para hablar de los otros años sesenta. Lo histórico, lo político y lo policial se mezclan, combinando distintos registros que van desde imágenes de archivo, entrevistas actuales, a recreación del robo en animación, para hablar de la otra cara de los sesenta. De hecho el robo en sí es un episodio demasiado breve, relatado en una animación
El 12 de agosto de 1963 cinco jóvenes de la Resistencia Peronista fueron protagonistas de un particular operativo: el robo del sable corvo del general José de San Martín. El objetivo era reavivar la militancia del peronismo, que en ese momento se encontraba proscripto en el país. También tenían la intención, la idea, de llevárselo al líder del movimiento: Juan Domingo Perón, quien para ese entonces estaba exilado en España.
A más de cincuenta años del hecho, sólo dos integrantes del episodio están vivos: Osvaldo Agosto y Manuel Gallardo. Ambos se dicen peronistas, pero cada uno encarna al peronismo en vertientes ideológicas que los enfrenta. Hoy en día ni se hablan. Lo saludable de la realización es que no trata de juntarlos, al mismo tiempo que produciendo las rupturas temporales necesarias, sólo se fortalece en estos dos personajes, hombres de base, y como ellos mismo dicen, no son militantes rentados en clara alusión a lo producido desde los años 90, teniendo como corolario, sin nombrar, a La Cámpora.
Es así como aquella arriesgada acción militante se quiere convertir en una metáfora para especular sobre las complejidades del movimiento político más determinante en la historia de nuestro país: el peronismo, objetivo que no se logra pues deriva en un despliegue sin fin de todo el acervo panfletario del que es capaz el peronismo, desde sus antagonismos internos hasta las luchas por un espacio de poder.
Así el filme se da lugar a denotar todo lo que está, estuvo, y posiblemente esté mal, incluyendo el menemismo, el kirchnerismo, y hasta se da el lujo de anticiparse al macrismo, pues la producción es del 2015.
Pero desde lo que interesa contar, el “cómo” y su estructura, acaba siendo un ejemplo más, que no termina de aburrir en demasía porque finaliza un par de segundos antes.