Si esta reseña llevara un subtítulo sería: “Tenemos que hablar de Yorgos Lanthimos“. Es que con seis largometrajes, entre ellos Dogtooth, Alps y The Lobster, el realizador griego construyó una de las filmografías más coherentes y personales de la década. Él elige hablar sobre el ser humano desde la incomodidad; allí se para él y cementa su idiosincrasia cinematográfica. La sordidez del mundo existe, nos rodea y espera a que alguien se encargue de sacarle polvo de vez en cuando, y se anime a retratarla en el lienzo de una pantalla.