Los hombres son crueles y perversos y el mundo es una mierda, dice aquí el cineasta oriundo de la tierra de la filosofía y la democracia, que ya ha dejado de filmar en Grecia y como nuevo artista consagrado europeo lleva adelante sus ficciones abstractas ungido por la industria anglosajona. Como era de esperar, en su sexto largometraje Yorgos Lanthimos insiste con la fábula antihumanista; así alecciona y castiga a los personajes, al público y al cine. Cada plano enuncia una presunta verdad: somos una especie miserable.