Artista y ladrón
El señor de los dinosaurios es un documental nacional dirigido, escrito y producido por Luciano Zito. Cuenta la historia de vida de Jorge “Cacho” Fortunsky, un hombre que nació en las afueras del pueblo Eduardo Castex, en La Pampa. De familia humilde, Jorge trabajó de joven como mecánico, sin embargo las promesas de pago nunca se cumplían. Hasta que un día él vio a un chico bien vestido caminar por la vereda de enfrente y escuchó murmullos de que ese joven cometía hurtos. Como a Jorge le parecía injusta su situación laboral, comienza a robar alimentos, lo que desencadena en actos delictivos a mano armada.
Desde chico le gustaba dibujar, pero en su entorno familiar no le daban importancia a ese aspecto y nunca lo vio como una oportunidad a futuro. Así pasará por la prisión y será puesto en libertad para luego cometer de nuevo el error de delinquir, lo que lo sumirá en un círculo vicioso que parece no tener salida. En cierto momento, cuando Jorge debía vivir a escondidas de la policía, se entera que ya descubrieron su paradero por lo que le nace tallar un Cristo en un árbol. La figura queda perfecta y, después de un tiempo en el que los habitantes de Castex se dirigían hasta allí para rezar, se decide que el Cristo pase a estar en la Iglesia del pueblo. Gracias a esa obra de arte, el intendente se fija en Jorge y le encarga hacer un parque temático sobre la vida prehistórica de los dinosaurios. Pero el nuevo empleo que tan feliz pone a Jorge no tendrá una buena paga…
Como se puede ver, por más que el título haga referencia a los dinosaurios, el documental trata en su mayoría sobre el pasado delictivo de Fortunsky, que está retratado de una forma muy original ya que se lo representa con animaciones. No obstante, y a pesar de solo durar 82 minutos, la película cansa al repetirse una y otra vez los mismos sucesos. Es como si no hubiera un avance, algo que el protagonista haya aprendido sobre los errores que cometió ya que nunca dice estar arrepentido, por lo que la empatía con el espectador no se logra, más bien parece como que el director quisiera humanizarlo sin éxito.
El documental también está compuesto por entrevistas que Fortunsky les realizó al párroco de Castex y a su madre. Esta última no se llega a sentir creíble por la manera en que el hombre se comunica con ella (muy formal, si no dijeran que son madre e hijo uno creería que no tienen ningún vínculo). Sobre su vida privada no se ahonda demasiado, sin embargo se llega a saber que la relación con su mujer no funcionó y uno de sus hijos se metió en la criminalidad.
Hay escenas de Jorge charlando con otras personas que no aportan nada al relato, así como planos que no se entiende por qué decidieron utilizarlos. Pero lo peor no es eso, sino que cuando llega toda la explicación del Cristo tallado en el tronco, Fortunsky llega a compararse inexplicablemente con Jesús. Se puede entender que él crea que Jesucristo le otorgó el don de dibujar, tallar y esculpir, pero que él equipare su persona a la de Cristo es demasiado.
Si El señor de los dinosaurios se hubiera enfocado más en las casi 30 obras de cemento y hierro construidas a escala real, quizás la historia sería un poco más interesante. Lo único que aporta dinamismo y llama la atención en definitiva son las estupendas animaciones.