El denso tejido de las ciudades fronterizas
Hay algo en las ciudades de frontera que las hace propicias para las actividades turbias y la corrupción. Al mismo tiempo, suelen funcionar como espejo ideal donde ver reflejados, entre otras imágenes de la realidad, los sufrimientos que la pobreza inflige en las porciones más desprotegidas de la población. El silencio del puente, del investigador y documentalista Eduardo Schellemberg, posa su mirada sobre uno de esos pasos divisorios y utiliza tres casos particulares como método de inducción para conocer las generalidades de un mundo con reglas propias. El lugar es el Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que une sobre el río Paraná a Posadas y Encarnación, un proyecto de larga data entre los gobiernos de Argentina y Paraguay que sólo pudo ser concretado en pleno menemato, en 1990. Un logro de la ingeniería que une dos pueblos y que esconde, detrás de las frías estadísticas, decenas de miles de historias, a ambos márgenes de sus casi seiscientos metros de largo.
Una de las características destacadas del documental es el paciente trabajo de investigación que lo sostiene, que permitió incluir imágenes y sonidos recientes y otros registrados hace más de un lustro, además del material de archivo que lo complementa. Uno de los relatos tiene como protagonista a Aurora Lucena, viuda de Carlos Antúnez, gendarme posadeño que murió debajo del puente, hace más de una década, en circunstancias sospechosas. La cruzada de Aurora por esclarecer esos hechos –la muerte de su marido y de otro compañero de armas– se ha topado con toda clase de silencios oficiales, miedos, dilaciones, ocultamientos y la pesada y morosa maquinaria judicial. A la fecha, como se aclara antes de los títulos de cierre, nadie fue condenado.
El silencio... presenta otras dos crónicas que, cerca del final, se cruzan ligeramente con la de Aurora. Del otro lado del viaducto, Eduardo Petta narra los pormenores del hecho que lo llevó a perder su puesto de fiscal, tras la espectacular detención de un avión cargado de mercadería ilegal. Petta tocó intereses poderosos y, luego de un juicio sumario y amenazas que casi destruyen a su familia, terminó como jefe de la policía caminera paraguaya. Finalmente, el documental describe las actividades de Ricardo de la Cruz Rodríguez, abogado penalista de Posadas especializado en la defensa de los paseros –que pasan mercadería de un lado a otro, muchas veces ilegalmente– y que, en los casos que involucran sustancias prohibidas, terminan pagando las culpas, “perejiles” al fin. La voz de Rodríguez lee pasajes de un ensayo sociológico de su autoría, un análisis de las consecuencias que la explotación y la criminalización de la pobreza tienen sobre ambas ciudades fronterizas.
Documental de denuncia en su acepción más amplia, El silencio... alterna las historias a lo largo de sus 90 minutos, al tiempo que construye una pintura de una situación llena de matices. Y con escasas soluciones a la vista, más allá de las buenas intenciones y discursos. Schellemberg deja que sean sus protagonistas los que se explayen y le escapa al obvio recurso de la explicación en off, aunque por momentos no puede evitar caer en la técnica del inserto, superponiendo imágenes innecesarias y cortando el flujo visual de las entrevistas, tal vez por un atávico y muy televisivo miedo a la falta de ritmo. Más allá de esos detalles formales de su construcción y de cierta monotonía expositiva, el film logra el que parece ser su principal propósito: proponerse como un aporte audiovisual en pos de un diagnóstico social.