Si 2 días antes de ver El último desafío, alguien me decía "ojo con esta peli", sin lugar a dudas diría que me estaban jodiendo.
Este regreso de Arnold es simplemente "una hora cuarenta y siete" de gran cine de acción. Los productores vieron que Rápido y furioso lograba subir las ventas con mejores historias y buscaron hacer una buena película construida alrededor del ex austríaco y ex gobernador de California.
Los primeros 5 minutos sirven para dejar en claro que Arnold sigue igual de siempre como actor. Es de madera terciada... pero lo queremos.
Sus caras, sus gestos toscos, son marca registrada y vemos que siguen igual.
Desde ese momento tenemos un planteo clásico de narco que se escapa y que logra derrotar a 28 camiones de Swat. Pero todos sabemos que un sheriff rudo que oculta algo en su pasado, y un par de asistentes que duermen la siesta seguido, serán mejores oponentes.
Y vaya que darán entretenimiento.
La película se sostiene por un conjunto de cosas, entre ellas su elenco. A Arnold lo rodearon de buenos actores y figuras reconocibles para los personajes que interpretan. Y no cayeron en la clásica "latino malo mexicano". El "malo" es Eduardo Noriega, ese muy buen actor español, que sale de a ratos del estereotipo clásico. Hay una escena casi al final donde demuestra que se tomó su papel de manera seria.
Notable que esté el brasilero Rodrigo Santoro, pero no haciendo de "malo" latino, es un "norteamericano".
Perfectos los papeles de Johnny Knoxville y Luis Guzman. Y cuando uno ve en la primera escena a Peter Stormare si tiene alguna película encima, sabrá desde el vamos que es uno de los malos más malos.
Obvio que esta gran película no podría haber sido así sin la tarea brillante de su director, que viendo su ficha en IMDB tiene muchas películas en su país (Corea) pero que fue su debut total en Hollywood.
Un detalle es que la película está muy chiviada por Chevrolet, ya que el auto del malo, el que lo persigue, las camionetas del FBI y hasta el autito sobre el cual se protegen en un momento, son todas de esa marca. Pero está bien y era algo necesario para la trama que lo supieron aprovechar y vender bien desde el afiche.
Claramente El último desafio es una cita obligada para ir al cine y pasar un excelente rato con una película ochentosa por su historia, filmada de maner clásica, pero pensaba para los tiempos que corren. Ah... y está Arnold Schwarzenegger señores, dejando en claro como lo supo hacer en su momento don Clint, que está algo viejo... y eso les puedo asegurar que también es parte del entretenimiento.
Imperdible.