Hace rato que lo vengo escribiendo.
En materia de acción y thrillers policiales hoy a los coreanos no hay con que darles.
Las cosas que vienen haciendo en esta última década dentro de estos géneros, que lamentablemente no llegan a nuestros cines, son impresionantes y están muy por encima de lo que es la producción norteamericana y europea.
Esta es la razón por la que este memorable regreso de Arnold Schwarzenegger resultó una fiesta pochoclera y no un fracaso aburrido como fue Daño Colateral.
En Hollywood se avivaron de lo que está pasando con el cine de Corea del Sur y ya empezaron a recurrir a los cineastas de este país para poder brindar algo decente entre tanta mediocridad.
El último desafío es una tremenda película de acción dirigida por Kim Ji-woom, uno de los mejores directores asiáticos que trascendieron en la última década.
Aunque su nombre no te suene conocido está bueno saber que este hombre no es un cuatro de copas, sino un artista cuyos trabajos son filmes de culto alrededor del mundo.
Este pionero del cine digital en su país viene trabajando desde fines de los ´90, pero el éxito internacional le llegó con la tremenda historia de gángsters A Bitter Sweet Life, protagonizada por Lee Byung-hun (el ninja blanco Storm Shadow en G.I. Joe).
Recientemente el director se destacó con otros dos grandes peliculones con este actor como fueron el western The Good, The Bad and The Weird y el policial I saw the Devil.
Con El último desafío incursionó por primera vez en Hollywood y lo más notable de este trabajo es que Kim Ji- woom no perdió su integridad como artista.
No viajó a Estados Unidos sólo por el cheque, sino que brindó una película que conserva en términos visuales la calidad de sus producciones y que realizó además con sus clásicos colaboradores, el director de fotografía Kim Ji-Yong y el compositor Mowg.
Esto no es habitual en Hollywood y se nota que los productores conocían bien el cine del director y le dejaron hacer su trabajo con la misma gente con la que él suele laburar en Corea.
El último desafío es un film claramente influenciado por el western que está muy en sintonía con lo que fue The Good, The Bad, and The Weird por la manera en que se fusiona el humor absurdo con las secuencias violentas de acción.
A esta historia le cambias los autos por los caballos y las armas automáticas por los viejos revólveres y rifles del Viejo Oeste y tenés un cuento clásico de cowboys.
La particularidad de este film es que el director construyó una gran propuesta de acción al servicio de Arnold, quien presenta su mejor labor en muchos años.
Terminator está viejo y eso también se aprovechó en el guión que brinda muy buenos momentos con este tema.
Arnold además estuvo rodeado de un muy buen reparto donde se destacan especialmente Luis Guzmán, Johnny Knoxville, Forest Whitaker y Eduardo Noriega.
El director lleva el relato como los dioses desde su narración y construye con mucha tensión la atmósfera para ese gran tiroteo final que es una fiesta para los amantes del género.
La película conserva las secuencias de acción estilizadas y sangrientas que caracterizan el cine de Kim Ji-woom y se potencia con la presencia de Arnold que volvió a lo suyo con una producción memorable.
Como propuesta de acción El último desafío es una de las mejores películas que se hicieron en Hollywood en los últimos años y no tiene desperdicio.
Para los fans del género es una cita obligada en el cine.