El verdadero amor es posible, pero no siempre se ajusta a lo planeado. Así parece afirmarlo la directora Claire Burger en su primera película en solitario. El filme, parcialmente inspirado en una experiencia personal de la realizadora, narra la historia de Mario y Armelle, un matrimonio de mediana edad, con su vida resuelta hasta que un día ella decide que necesita tomarse un tiempo.
Esa separación que se acuerda de manera amistosa, resulta reveladora para Mario que de pronto debe hacerse cargo de la casa y de entender a sus hijas Frida y Niki, cada una inmersa en una búsqueda propia de su edad, una descubriendo su sexualidad y la otra intentando comprender el nuevo escenario que les toca vivir.
Burger construye un relato íntimo de un proceso de descubrimiento y describe la vulnerabilidad de ese hombre cuyo aspecto de solidez oculta el derrumbe de un mundo que parecía previsible. La realizadora ilustra el proceso tránsito a una madurez desconocida y propone que quizás las crisis resulten tal vez una oportunidad para crecer.