CUANDO EL REMEDIO Y LA ENFERMEDAD SON IMPLACABLES
Lo decimos de entrada es una de zombies, de muertos vivos, pero a diferencia de las series de tele y las películas norteamericanas, como esta se trata de una producción danesa, no hay bocas sangrantes, vísceras y otras preciosidades en primer plano, salvo en el final. La acción y la tensión se desarrollan en un suburbio, en una casa de padres amables y negadores con adolescente rebelde que tiene el corazón robado por una flamante vecina a la que espía. Los primeros síntomas de la peste comienzan con las autoridades pidiendo que los casos se reporten a un número especial y a la prohibición de salir de las casas. Después un ejercito despótico tomará las calles, con leyes marciales para llevarse a los infectados, mientras que entre los sanos comienzan a florecer las peores cosas para defender a los suyos y cero solidaridad. Cuando el horror se instaló es demasiado tarde. No es una película novedosa, pero si discreta. Ya vimos esos momentos limites muchas veces retratados pero aquí con una mirada mas atenta a como reacciona la sociedad supuestamente civilizada. Hay tiempo para una historia de amor y el descubrimiento de soluciones finales.