Esta desagradable obra animada unidimensional fue una especie de manotazo de ahogado que Sony aplicó muy violentamente con el objetivo de no fundirse. Y sabiéndolo de antemano, estaba predestinado que UNA PELÍCULA PROTAGONIZADA POR UN CONCEPTO TAN SIMPLISTA COMO UNA P*** CARITA iba a ser una porquería de proporciones colosales.
¿De qué va la historia? Un emoji indefinido se embarca en un viaje a través de las aplicaciones móviles para descubrir quién es en realidad. En su travesía, se encontrará con toda la oferta de emoticones que usamos en WhatsApp para todo tipo de conversación. El concepto está muy copiado y pegado de la espectacular Ralph, el demoledor (Wreck-It Ralph, 2012), sólo que en lugar de adentrarnos de una forma creativa en el mundo de los videojuegos, nos vemos asfixiados en una serie de chistes malos dentro de las aplicaciones que solemos usar en nuestros celulares. Y a esto no ayudan en nada los personajes, ya que son aburridos, infantiles y toman a los nenes por tontos.
Visualmente la película no se destaca en nada, la música pop mezclada con esos escenarios poco creativos y chillones hace del proyecto algo digno de levantarse del cine e irse a tomar una cerveza con Los Increíbles de fondo para sacar el mal gusto. Emoji: la película (The Emoji Movie, 2017) es uno de los peores films animados de la historia. El plagio a otras empresas de animación es demasiado obvio; mejor mantener distancia.