Una tarde de furia.
En la mira es un interesante thriller psicológico, de producción nacional y uruguaya, dirigido por los realizadores Ricardo Hornos y Carlos Gil, y protagonizado por Nicolás Francella, Emilia Attias, Paula Reca, Gabriel Goity y Maximiliano de la Cruz.
Axel Brigante (Francella) es un carismático joven que trabaja como empleado en un Call Center de una empresa de internet y telefonía. Su rutinaria tarea consiste en lidiar cada día con las quejas y reclamos de los clientes, tanto como soportar la tensa supervisión de su jefe Gustavo Días (de la Cruz), un hombre arrogante y insoportable. También Axel tiene un reconocido noviazgo con Martina (Reca), una chica dulce y compañera, pero al mismo tiempo mantiene un oculto affaire con Ximena Solis (Attias), la sensual gerenta de la empresa donde trabaja. Una tarde después de tener un ardiente encuentro sexual con Ximena, justamente en la oficina de ella, al volver a su labor, recibe una llamada de un intenso cliente, de nombre Figueroa Mont (en la voz de Gabriel Goity), que desea dar de baja el servicio de la empresa. En la primera instancia la comunicación entre ambos se vuelve conflictiva, Figueroa no entra en razones y comienza a agredir verbalmente a Axel, pero todo se vuelve demasiado peligroso cuando el cliente le asegura al joven estar apuntándole a través de una mira telescópica de un rifle de alta precisión y que no le temblará el pulso para volarle la cabeza, si no le dan una solución a su problema con la empresa.
La trama que nos proponen los directores Ricardo Hornos y Carlos Gil se apoya en la extrema situación de conflicto entre los personajes de Francella y Goity que, a un ritmo de contrarreloj, nos mantiene angustiantes y expectantes de su pronta resolución. Filmada en 26 días, la mayoría en el país vecino de Uruguay, la película es un adrenalínico thriller donde los espectadores seremos testigos de la presión con la que se vive y trabaja en las grandes ciudades. Por un lado tenemos a Axel, un muchacho de actitud risueña, seductora y juvenil, que sufre de su estresante trabajo, aunque trate de poner su mejor cara al asunto. Por el otro a Figueroa, un ciudadano más exacerbado por lo que considera un mal servicio, llevando el asunto al límite, y eventualmente exponiendo su psicótica y hasta criminal personalidad.
El manejo de tiempo en el relato es notable. La tensión nunca decae, más bien al contrario, va in crescendo. Nicolas Francella, en su debut en un papel protagónico en cine, logra transmitir muy bien los sentimientos que le afloran en la piel: miedo, angustia y hasta arrepentimiento. Siempre se llevó el mundo por delante, y ahora le toca ser parte de una compleja situación, donde su vida y la de sus compañeros está en grave peligro.
Para concluir, remarco que En la mira, es un film entretenido y llevadero, que expone la deshumanización de un sistema casi autómata (el de los Call Center) donde no hay ni víctimas ni victimarios, simplemente hombres comunes desbordados por situaciones particulares.