Tratando siempre de armarse, de unir piezas que ante cada intento se desarmaban, un mundo que solo en profundidad él conocía… Benesdra quería que lo reconocieran como autor de ficción. La vida de un hombre que sólo quería dedicarse a escribir.
“Entre gatos universalmente pardos” lleva al cine la biografía de Salvador Benesdra, autor de “El traductor” (una novela sorprendente). Dirigida por Damián Finvarb y Ariel Borenstein, relata sobre aquel que sabía todo, el que escribía en ratos libres, quien realizó una obra significativa, quien fue derrotado en lo profesional y lo personal, sus desequilibrios, el del insomnio constante y las crisis paranoicas acompañadas de brotes.
De familia sefardita, Benesdra fue “víctima” de un padre indiferente, clasista y xenófobo; de manera legendariamente precoz dominó varias lenguas extranjeras y terminó el secundario en dos o tres años. Un brillante periodista de política internacional, un oficio que ejerció en Página/12; ahí fue un líder sindical temible.
El documental está realizado en actos, los cuales retratan al escritor, periodista, traductor militante, psicólogo. Salvador Benesdra fue un diccionario abierto, hablaba 7 idiomas e hizo posgrados en Alemania y Francia. Sus notas muy eruditas lograban hacer la diferencia, pero cayó en una serie de paranoias y terminó dos veces internado en hospitales psiquiátricos, donde organizó una revuelta entre los internados. Su vida era digna de una novela, y de hecho casi todos estos datos se encuentran en “El traductor” (una fotografía de la década del 90’).
Un original escritor de imaginación sorprendente, mezclaba realidad con ficción todo el tiempo. El descendente de Roberto Arlt conseguía engendrar operaciones literarias muy difíciles de hacer. La lucidez que emana le dio a su autor prestigio póstumo y un aura mítica.
Un fuerte destacado que se encontraba constantemente haciendo frente a sus propias tinieblas, entre la lucha de la luz y oscuridad, sobrellevando sus monstruos en medio de todo aquello que no aceptaba de sí, se volcó en potenciar y forjar una personalidad docta, podía cautivar a la gente que lo escuchaba, daba discursos impecables, convencido que a partir de la palabra se podía convencer. Era una figura literaria que vivía muy intenso todo, al igual que sus depresiones. Desmesuras extremas que a veces podía alcanzar una notoriedad positiva, pero a veces debido a los desequilibrios en su personalidad perturbaban el clima donde se encontrara. El film indaga todo eso, su vida, sus convicciones, su novela mítica “El traductor”, que hablaba de él (aunque se suicidó antes de verla publicada). Recién dos años después de que este se quitara la vida arrojándose desde un décimo piso fue editada. Se reconstruye la personalidad rica y compleja de Benesdra, no se centra solo en el libro, sino que se descubre a través de las declaraciones y material de archivo las distintas facetas de su autor.
Ser periodista le permitía manipular a diario su vasta erudición en materia de historia, filosofía e ideas políticas. “Le daba mucho placer porque lo enriquecía. No se lo tomaba como algo rutinario, se lo tomaba muy en serio”, dice uno de los tantos testimonios.
En síntesis, “Entre Gatos Universalmente Pardos” nos ofrece 94 minutos que ayudan a conocer al Salvador persona, al de fuertes convicciones que peleaba con el delirio a diario, mismo que se fueron agudizando en los años siguientes. De quien perdió la esperanza de que las editoriales aceptaran publicar la novela, un último desencadenante que afloró su depresión aconteciendo en un final trágico de una mente brillante.