Dirigida por el francés Cédric Klapisch (“Las muñecas rusas”), relata la historia de “Nuestra vida en la borgoña”, a través de sus protagonistas, ellos son hermanos: Pio Marmai, Ana Girardot y François Civil que vuelven a reencontrarse porque son los herederos de un viñedo.
El padre (Eric Caravaca) de estos jóvenes se encuentra gravemente enfermo y reúne a cada hijo con una personalidad distinta: Juliette es tímida, callada, pero se hace valer en un mundo rodeada de hombres, se hecho cargo del viñedo y no se ha abierto al amor, el menor, Jeremie casado con una mujer de buena posición económica, trabaja para su suegro y Jean es el mayor, un bohemio, un aventurero hace años se fue de viaje en búsqueda de nuevos horizontes, encontró su lugar en Australia junto a su mujer (María Valverde), pero ahora regresa ante tal situación.
Dentro de su desarrollo se entremezcla la comedia y el drama, para conocer mejor a estos tres hermanos se utiliza el recurso del flashback, los vemos crecer, la relación con su padre, los secretos, las tradiciones, momentos emotivos y te enseña como se disfruta un buen vino.
El film habla de los lazos de sangre, de los rencores, de las relaciones humanas, del dolor, de las cuentas pendientes, si bien su narración es sencilla cuenta con muy buenas actuaciones, todo va aggiornado bajo un paisaje bellísimo de las viñas francesas, bien elegida la banda sonora, con buen ritmo aunque resulte un tanto predecible.