Hace apenas una semana se estrenó Selva, una película rodada en Puerto Esperanza y Wanda, dos localidades de Misiones. Ahora llega a la cartelera local Fantasma vuelve al pueblo, otra producción filmada en escenarios de esa provincia del litoral argentino gracias al apoyo del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAvIM), que funciona hace ya seis años. En este caso se trata de una comedia asordinada y poco convencional, protagonizada por un personaje frío, introvertido y sumido en una etapa de confusión personal (encarnado con eficacia por el uruguayo Alfonso Tort, ideal para este tipo de perfiles), que empieza a profundizarse cuando llega a pasar las fiestas de fin de año al pequeño pueblo donde nació y creció, un lugar donde manda la rutina y se reproducen -a escala reducida, naturalmente- las miserias e inequidades de cualquier gran urbe. Un disparador de la trama completamente pedestre -la tarea de conseguir un cerdo para faenar- termina transformándose en una línea argumental importante en esta historia nutrida de alegorías que funcionan debajo de una superficie de presunta ligereza. Una de las curiosidades de la película es la participación -en un rol importante- de Juan Román Diosque, músico tucumano que es desde hace años una figura destacada de la escena del pop independiente argentino.
Futuro incierto "En tono de comedia dramática, la vuelta al pueblo y la crisis de los cuarenta, parecen ser la excusa perfecta para este estupendo retrato generacional de jóvenes adultos que regresan pero no saben dónde ir." Fantasma vuelve al pueblo (2019) Demóstenes reaparece en su pueblo donde es conocido como “Fantasma”, justo para las fiestas de fin de año, sin planes ni metas. Luis Miguel, su viejo amigo, le da un trabajo, y le encomienda buscar un cerdo para ser faenado en el fin de esa semana, en que la amistad se vuelve una relación laboral. El prolífico Guionista y Director Augusto González Polo -quien cuenta con un puñado de cortos- consigue con su tercer largometraje, plasmar la identidad y el sentir de una generación que parece no encontrarle el rumbo al suelo que habita. La atmósfera, el tono y el ritmo que imprime a través del ambiente y los personajes, son de una riqueza a destacar. Y esto es posible porque González Polo nos regala experiencias humanas que se tornan universales pero repletas de una expresión única. La interpretación de Alfonso Tort se siente y se ve como un espectro que deambula y observa tratando de encontrar un destino y un sentido para su trunca vida. Si bien hay diálogos que funcionan, algunas interpretaciones secundarias y ciertos acontecimientos, se sienten forzados y se perciben un tanto azarosos e indiferentes. Pero la película consigue que forma y contenido confluyan debido al tema que aborda y a una forma narrativa única. "El objetivo del proceso reflexivo que recorre y desarrolla Fantasma vuelve al pueblo nos ofrece un objeto cultural con estilo y autoría propio, habilita la comprensión del espacio físico que nos hace diferentes y desde que nacemos estamos condicionados por la familia, la época, la historia y la clase." Clasificación: 8/10 FICHA TÉCNICA Fantasma vuelve al pueblo (Argentina, 2019) 107 min. Ficción Calificación ATP Distribución APIMA Distribución Escrita y dirigida por Augusto Gómez Polo Compañías productoras Imaginaria Producciones, Santiago Carabante y Monte Cine SAS Con el apoyo de INCAA, IAAVIM, Fondo de Crédito de Misiones y Municipio de Aristóbulo del Valle Producción Ejecutiva Yamila Barnasthpol, Mónica Amarilla Director de producción Santiago Carabante Jefe de producción Daniel Rútolo Elenco: Alfonso Tort (Demóstenes), Juan Román Diosque (Luis Miguel), Laura Josefina Kramer (Virginia), Fernando Rosa (José), Marcelo “Maqueta” Márquez (Reinaldo), Horacio “Chirola” Fernández (Heliodoro), Lucía Amarilla (Stella Maris), Jorge Ratoski (Don Jorge).
Un personaje regresa a su lugar de origen, donde se reencuentra con amigos y familiares -y tal vez un viejo amor-, reflexiona sobre el pasado y vive el presente, tal vez con nuevas perspectivas del futuro. Un argumento muy visto en el cine, sobre todo en el cine argentino de las últimas décadas. Lo que diferencia a estas películas entre sí es cómo se encara la historia y el corazón y la sinceridad que los cineastas logran imprimirle. Fantasma vuelve al pueblo tiene las cualidades. En este caso, quien retorna es Demóstenes (Alfonso Tort), mejor conocido como Fantasma. Se había ido para estudiar filosofía y letras en la universidad, pero ahora no es más que un hombre de 40 años, sin estudios universitarios terminados, sin empleo, sin perspectivas. En los días posteriores a la Navidad y previos al Año Nuevo, encuentra una ocupación en el locutorio de Luis Miguel (Juan Román Diosque), amigo de la infancia y hoy pequeño empresario. Además de hacer limpieza y cubrirlo con una infidelidad, Fantasma también recibe el encargo de buscar un lechón para cocinar el 31. Sólo consigue un cerdo vivo, que se volverá su nuevo compañero. Luego de Capital (Todo el mundo va a Buenos Aires) y Granada y al Paraíso, el director Augusto González Polo presenta una nueva comedia agridulce sobre las complejidades de la madurez. Fantasma y sus amigos viven anclados en algunas costumbres de la juventud, pero al mismo tiempo el protagonista nota las diferencias marcadas con Luis Miguel y los suyos. El director también aprovecha para mostrar la rutina de una comunidad que mantiene costumbres, aunque comienza a ser contaminada por los aspectos más negativos de las grandes urbes, y hace hincapié en la relación con los animales. Las escenas de Fantasma y el porcino dan pie a los momentos más tiernos, aunque el chancho da pie a algunas gotas de humor absurdo. El uruguayo Alfonso Tort demuestra por qué es un especialista en antihéroes cotidianos (inolvidable su debut en 25 watts, de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll), pero también su versatilidad para ser creíble como un nativo de la provincia de Misiones. No menos interesante es el trabajo del músico tucumano Juan Román Diosque, que a través de Luis Miguel encarna a la antítesis de Fantasma y representa el avance de vicios capitalistas. Fantasma vuelve al pueblo es como su protagonista: aparece de repente, por momentos parece tener un rumbo incierto, pero pronto encuentra su camino y se hace querer con ganas.
Peregrinos de la urbe, el retorno al pueblito los recibe con un paisaje cargado de extrañeza. Fantasma vuelve al pueblo es una película tan entrañable como divertida, explorando y representando una identidad tan Argentina como el Tereré. La selva misionera inunda el paisaje pueblerino, Aristóbulo del Valle palpita una temporalidad diferente, mitológica y popular. La visión de Augusto González Polo carga de frescura y honestidad una propuesta que podría encallar en dramatismos convencionales. La vuelta a casa, para toda una generación cuyo mandato principal carga el éxito y el fracaso en la obtención de un título en la gran ciudad. Historias cotidianas de paisajes cotidianos. El clima festivo de fin de año exacerba el sinsentido de los episodios retratados. Fantasma se reencuentra con viejos amigos y viejas rutinas, la cerveza y el tereré serán paliativos obligatorios ante el hostil e indómito vaho de la selva. Los habitantes del pueblo desfilan con maravillosa soltura frente a la cámara, el absurdo de la vida moderna y la fractura expuesta entre hombre y naturaleza encuentran nuevos motivos e idiosincrasias. Ciertos tonos pesimistas y apesadumbrados toman por rehén a Fantasma, su nuevo trabajo lo pone a disposición de su antiguo amigo y nuevo jefe Luis Miguel. La cinta desarrolla entre líneas temas por demás picantes, los mandatos sociales, la política en las provincias y sus entongues, entre otros. Este trabajo narrativo rescata y desarrolla, en atractivos personajes, posturas de resistencia. Sin lugar a dudas actos combativos que dejan sentados precedentes extremadamente necesarios para la figuración de nuestras idiosincrasias federales y cinematográficas. FANTASMA VUELVE AL PUEBLO Fantasma vuelve al pueblo. Argentina, 2019. Dirección: Augusto González Polo. Intérpretes: Laura Josefina Kramer, Fernando Rosa, Marcelo “Maqueta” Márquez, Jorge Ratoski. Duración: 107 minutos.
Envueltos en encrucijadas . Crítica de “Fantasma vuelve al pueblo” El cineasta Augusto González Polo expone personajes llenos de inquietudes, intranquilos por el futuro y enojados por las expectativas La película dramática “Fantasma vuelve al pueblo” en manos del realizador Augusto González Polo construye una obra que discute con los cánones establecidos por la sociedad. Además esboza la incertidumbre adulta y la dota con un cómico suspenso. El filme estrena el jueves 18 de febrero por la plataforma Cine.ar. Por. Florencia Fico. Resultado de imagen de fantasma vuelve al pueblo El argumento de la película “Fantasma vuelve al pueblo” se centra en el personaje de Demóstenes (Alfonso Tort) quien vuelve a su pueblo. En el lo apodan “Fantasma”; para las celebraciones de fin de años. Luego de un tiempo en una localidad alejada, hoy sin trabajo objetivos ni propósitos. Luis Miguel (Juan Román Diosque), su compañero de la juventud, actualmente empresario le brinda un empleo y le da la ordenes para que encuentre un cerdo con el destino de ser faenado. Mientras la jornada laboral progresa, Fantasma, halla diferencias ideológicas con su jefe y amigo asimismo comienza a querer al animal que tiene que matar. Resultado de imagen de fantasma vuelve al pueblo El guión de Augusto González Polo cuenta con diálogos intrigantes, cómicos y volcánicos. González Polo entrelineas expone: la frustración personal, el desgaste de una comunidad, la precariedad de algunos sectores sociales y los aires de ambición de algunos pocos en desmedro de muchos. El sacrificio animal como desahogo de las miserias humanas. Resultado de imagen de fantasma vuelve al pueblo Un lugar donde ganan las apariencias frente a la realidad. Los pequeños espacios para la contención, ternura y amor. La hostilidad patronal y empleados hartos de la monotonía rural. El pasaje de un personaje por diversos estigmas sociales. El estereotipo machista y patriarcal presente en la localidad.
Una de las mejores cosas que pueden decirse de una película es su capacidad de sorprender y de evitar encasillamientos. Docenas de películas argentinas sin identidad se estrenan semana tras semana durante el año y cuando una se sale de la norma brilla de manera inequívoca. No por ser una gran producción o por parecer hecha en otro país, sino por darle personalidad y coherencia a la historia que se quiere contar. Fantasma vuelve al pueblo es una de esas películas. Demóstenes (Alfonso Tort, un Mathieu Amalric argentino) vuelve al pueblo luego de años, ha pasado navidad y ya llega año nuevo. Allí todos los apodan Fantasma y le han perdido la pista, solo recuerdan que se había ido a estudiar. Pero no terminado ninguna carrera y en algún aspecto vuelve vencido al pago. Su viejo amigo, Luis Miguel, ahora tiene un lugar de peso en el pueblo. Es él quien le encarga que consiga un chancho para la fiesta de fin de año. En paralelo nosotros vemos al chancho elegido y el subtitulado nos cuenta sus angustias existenciales. Tanto el chancho elegido para la comida como Fantasma comparten el que no querer ocupar que la sociedad les ha asignado. Pasarán unos días juntos mientras Fantasma se reencuentra con sus afectos, es testigo de la vida de su pueblo y mira con recelo la posibilidad de conseguir un trabajo para los poderosos del lugar. Además de varios hallazgos visuales y de una serie de personajes increíbles, la película brilla por su sentido del humor, que pasa de la sutileza brillante al chiste que produce carcajadas sin ningún problema. También tiene un tono melancólico y agridulce que poco a poco se transforma en una silenciosa pero segura resistencia. Una película con mucho contenido que nunca se entrega a la bajada de línea. Pero los dos personajes principales sin decir palabra se terminan rebelando contra el sistema con serenidad y firmeza.