Dos mujeres
El conflictivo reencuentro entre dos mujeres separadas por el tiempo y la distancia es el tema elegido por Moroco Colman para su ópera prima Fin de semana (2016), un relato intimista sobre incomunicación generacional..
Carla (otro trabajo descomunal de María Ucedo) vuelve al pueblo para estar con Martina (Sofía Lanaro, todo un descubrimiento), no se sabe bien qué relación las une (y tampoco mucho importa). El vínculo entre ellas es ambiguo y el reencuentro tiene que ver con la perdida de una figura masculina (que podría ser el padre de Martina y el ex de Carla). Hay mucha tensión entre ellas y esta se intensificará cuando Carla descubra la relación entre Sofía y Diego (Lisandro Rodríguez), un muchacho que no solo la dobla en edad sino también con el que tiene una relación violenta (no desde la violencia de género sino sexual).Pero, ¿ella es muy distinta?
El cordobés Moroco Colman ahondará desde el drama psicológico en lo profundo de una relación que a medida que los minutos avancen tendrá muchos más puntos de contacto que diferencias. Y para hacerlo pone toda la carne en el asador con escenas de sexo explícito, violento y hasta tríos (algo a lo que el cine argentino mucho no nos tiene acostumbrado). Pese a esto, Fin de semana no está anclado en lo sexual sino que esto será la excusa para mostrar los opuestos y semejanzas ente dos generaciones de mujeres con mucho más en común de lo que ellas creen.
Fin de semana no solo arriesga en lo que muestra sino también en lo visual. Recurre a tres directores de fotografía que utilizan tres formatos diferentes: Gustavo Biazzi (1.33:1), Fernando Lockett (2.35:1) y Pablo González Galetto (1.85:1). Una idea interesante para dividir la trama en tres momentos bien diferentes desde lo emocional.
Cuando en el cine argentino parecía que nadie estaba dispuesto a provocar quiebres en las formas y los contenidos, más allá de ciertas convencionalidades, aparece un director que se las juega. Y eso siempre es bienvenido.