Los Colores de la Ambigüedad
La ambigüedad es la línea que traza el rumbo de este relato, que parte desde la llegada de alguien de afuera para romper con la inercia de un repetitivo círculo vicioso que tiene como eje a Martina. La muerte de alguien cercano es otro indicio que justifica la llegada de Carla, pero nunca lo suficientemente sólido para clausurar esa ambigüedad del comienzo. Cierta atmósfera opresiva, cierta ligazón problemática en los vínculos, llevan a la búsqueda de nuevos aires y el film desde el punto de vista estrictamente estético se contagia de esa búsqueda. Y así mixtura las texturas de colores, fondos y encuadres en sintonía directa con el estado emocional y el derrotero ciclotímico de Carla y su conflicto con el entorno. Pero el sexo también protagoniza esta fuga de fin de semana, tanto como vía de autoagresión para ocultar el dolor del luto como escape y descontrol del cuerpo en un claro contraste con el placer. Si volvemos a lo ambiguo como el faro también la violencia de género encuentra otro encuadre en una relación de sumisión buscada y con la urgencia que trae otro tipo de placer.