A partir de su amistad con Cristina Vásquez, condenada a prisión perpetua por el asesinato de una anciana, la directora Magda Hernández investiga los múltiples interrogantes que surgen en una causa en la que la acusada se declaró inocente y no se encontraron pruebas que la incriminen. La meticulosa y escalofriante presentación de las irregularidades del proceso está acompañada por charlas con Vásquez en la prisión, escenas hogareñas de su familia y fotos de su infancia, que apuntan a mostrar a la persona que la directora conoce y alejarse de la imagen de ella que se construyó durante el juicio. Lo que falta es la respuesta de la Justicia, representada aquí por lo expresado en el expediente y la inclusión del testimonio de la fiscal en una entrevista televisiva.