¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?
Algunos de los interrogantes que plantea el documental intimista sobre la desaparición de Marita Verón. Un caso que conmocionó a la sociedad argentina, abrió el debate y posterioriormente resultó en la aprobación de una Ley sobre la “trata de personas” gracias a la movilización de la incansable Susana Trimarco, su madre, quien no se detuvo en la búsqueda de su hija, secuestrada, drogada y mantenida según la información obtenida, en un círculo de trata de personas organizado con vinculaciones de orden policial, fiscales, políticos, en el interior de nuestro país.
La cámara atenta, implícita, divide al documental en fragmentos con intertítulos cuyos puntos en común se enfocan en cinco personas, Susana, Daniel (padre), Micaela (hija), el comisario que ayudase en la búsqueda y la misma Marita, cuya ausencia se siente “presente” en todo el relato del film.
El documental retrata algunas de las vivencias, recrea situaciones familiares, discusiones, planteos, y enérgicamente acompaña a Susana en descargos contra fiscales, policías, sin denunciar, una cámara atenta que por momentos en esa recreación no resulta convincente sino actuada, con recursos que bien podrían haberse volcado hacia la simple entrevista.
La angustia que ocasiona el film yace en los sucesos ya de amplio conocimiento, con el añadido de poder doblar la apuesta al mostrarnos desde el otro lado, otro dolor: el de su propia hija, una niña, denimada en el film como una “niña grande”, presente en cada una de las situaciones que involucraron la búsqueda de su madre, consciente, y dentro de lo más lastimoso que afronta el film al marcar el incierto futuro de ésta niña, producto de su falta.
Daniel es mostrado como un hombre que carece de la fuerza que tiene Susana, la falta de su hija lo desmoronó, vive al día, acompaña pero ya ha perdido la esperanza.
Susana Trimarco accede a ser filmada, ella siente que aunque el tiempo ya transcurrido debilite las chances, ha de encontrar a su hija con vida, acompañada por el grupo de directores quienes han logrado una labor muy responsable, pasiva por momentos, sin desafío. Susana marca un ejemplo para la sociedad, desde su humilde experiencia propia y ayuda mediante la fundación que organizase a combatir nuevos casos similares o en relación a la trata.