Muestra la caótica situación que vive una mujer judía cuando quiere el divorcio y lucha por sus derechos pero su esposo no quiere dárselo. Ellos ya no conviven juntos, ante tal situación aquí el maltrato no es físico sino psicológico. Él la ama pero ella ya no y quiere libertad. Todo trascurre a lo largo de casi dos horas: un tribunal, sillas, escritorios y el elenco. Se sostiene con buenos diálogos, efectivos, entre cuatro paredes donde sale a flote la angustia de esa mujer, buenos climas, momentos de tensión y asfixia. No aburre pero le sobran unos 20 minutos.