De la Bauhaus a Buenos Aires GRETE, la mirada oblicua (2016) es un documental dirigido por Matilde Michanie (Licencia Número Uno) y Pablo Zubizarreta, sobre Grete Stern, la fotógrafa argentina de vanguardia, famosa por la utilización del fotomontaje y su ferviente feminismo. Nacida en Elberfeld, Alemania, el 9 de mayo de 1904, Grete Stern es considerada una fotógrafa argentina. Estudió en la famosa Escuela de la Bauhaus de la mano de su profesor Walter Peterhans donde conoce a Horacio Coppola, fotógrafo argentino con quien finalmente se casa, y viaja a Buenos Aires. En 1958 adquiere la nacionalidad. Por su casa de Buenos Aires desfilaron figuras intelectuales como Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Renate Schottelius, Clement Moreau, etc; siendo reconocida en el ambiente por su legado artístico. Incluso retrató con sus fotos a Bertolt Brecht y Jorge Luis Borges. Su obra denominada “Sueños” es la más llamativa. Este trabajo incluye 150 fotomontajes realizados entre 1948 y 1952 que ilustraron una columna de la revista femenina "Idilio". En ella, la incursión en el psicoanálisis, con clara influencia del surrealismo, está presente en cada imagen dando un lugar atípico para la época a la mujer. Pero también son destacables sus imágenes documentales sobre Buenos Aires o acerca de los últimos indígenas argentinos. Precursora, revolucionaria y siempre a la vanguardia artística de la fotografía latinoamericana. Matilde Michanie y Pablo Zubizarreta bucean en la vida y obra de Grete, comenzando el recorrido en Alemania para seguir el viaje de ascenso de la artista en el mundo de la fotografía moderna. Un trabajo correcto y esencial sobre una artista sin igual.
El documental de Pablo Zubizarreta y Matilde Michanie es un acercamiento a la figura de Grete Stern, fotógrafa alemana radicada en nuestro país que, a base de su innovadora inventiva visual y su preocupación por el detalle, se convirtió en una referente de esta rama del arte durante el siglo pasado. Su trayectoria puede resumirse en cuatro eslabones: su vinculación con la Bauhaus germana, su venida a la Argentina tras casarse con su colega Horacio Cóppola, su participación en la revista Idilio y sus incursiones al Gran Chaco, donde retrata la vida de los aborígenes tobas y wichis.
Rostros descarnados. Grete, la Mirada Oblicua, el último documental de los realizadores Pablo Zubizarreta y Matilde Michanie, analiza la extensa obra y vida de la extraordinaria fotógrafa alemana Grete Stern. Desde sus inicios en Alemania bajo la tutela del profesor de fotografía Walter Peterhans, la película narra la búsqueda de Stern de una mirada que los directores denominan sencilla, irónica y descarnada. La obra de Stern está marcada por su biografía. Tanto en sus estudios tempranos con Peterhans, un eminente docente de la escuela de diseño y producción alemana Bauhaus, quien reflexionaba y trabajaba la técnica fotográfica desde presupuestos matemáticos y filosóficos, como también bajo la influencia experimental de las técnicas de composición y montaje propuestas por las vanguardias artísticas de la época, las fotografías de Stern sintetizaban una técnica de expresión de gran sensibilidad que buscaba poner de relieve detalles ocultos. Tras el ascenso del nacionalsocialismo al poder en Alemania, la fotógrafa se establece en Londres para luego emigrar a Argentina junto a su pareja, el fotógrafo argentino Horacio Coppola. Allí comienza un largo período de trabajo artístico de gran valor. Ya en su primera exposición el influyente crítico Jorge Romero Brest resaltó la importancia de la obra de Stern y Coppola para la fotografía argentina. El documental reconstruye la vida, las ideas y la obra de Grete Stern a través de entrevistas a allegados y expertos como Sara Facio, Roxana Marcoci, Valeria Gonzalez, Alicia Segal, Luis Priamo, Paula Bertúa, Marcelo Gustin y Marcos Zimmermann; sumado a mucho material de archivo e investigaciones propias (especialmente en el caso de la última etapa, en la que la fotógrafa viajó al norte argentino para crear un archivo etnográfico e investigar la vida, las costumbres y la realidad de los pueblos originarios). El film de Michanie y Zubizarreta también indaga en el trabajo fotográfico de Stern para el Museo Nacional de Bellas Artes bajo la dirección de Romero Brest, en su libro de fotografías sobre la arquitectura de Buenos Aires para la Editorial Peuser, en los maravillosos fotomontajes surrealistas de la columna El psicoanálisis le ayudará de la Revista Idilio y en la construcción de una mirada feminista que se proponía una rebelión contra los condicionamientos de la época. Grete, la Mirada Oblicua es una interesante y correcta reconstrucción sobre la importancia de la obra de Grete Stern para el desarrollo de la fotografía moderna y para la técnica del fotomontaje, narrada de forma cronológica a partir de una voz en off que examina la historia y conduce al espectador a través de los acontecimientos y el relato. Michanie y Zubizarreta dejan así un gran retrato de un personaje sobresaliente para el arte y con una mirada psicosocial que vale la pena recuperar.
Rescatando la mirada Grete, la mirada oblicua, documental realizado por Pablo Zubizarreta y Matilde Michanié, rescata en sus breves pero interesantes 65 minutos la vida y obra de Grete Stern (1904-1999), fotógrafa alemana instalada en Argentina durante la década de 1930. Un conjunto de relatos colectivos de fotógrafos, investigadores e historiadores, acompañado por una voz en off que se ofrece de guía intelectual, que nos zambulle en un viaje historiográfico sobre una de las grandes motivadoras de la fotografía como arte y documentación aquí en Argentina. Con una puesta en escena que recorre tanto las muestras pasadas y recientes de la artista germano-argentina, como los lugares que fueron escenarios de las potentes imágenes logradas por Stern, se le permite al espectador ir construyendo la cartografía fotográfica de esta gran artista, su impronta creativa y sus logros culturales, que abrazan tanto las exposición individuales como su trabajo en el Museo de Bellas Artes, su labor fotógrafo-etnográfica de los aborígenes del Chaco, los distintos paisajes de las provincias del Interior del país y su paso por la revista Idilio, donde embestida por los relatos oníricos de las lectoras, realiza una serie de fotomontajes que los ilustran, los cuales son una obra de arte en sí mismos. El documental, bellamente filmado, con imágenes de gran calidad estética y técnica, permite no sólo el recorrido de la vida artística de la ausente protagonista, sino también la reflexión sobre su rol político, social y cultural como mujer de las artes. Su legado no sólo se compone de sus fotografías (muchas de intelectuales locales, como Jorge Luis Borges, o del desarrollo de la modernización de la Ciudad de Buenos Aires) sino también su participación en grupos culturales-artísticos, como Los artistas concretos (en Ramos Mejía, zona oeste del conurbano bonaerense) o Fogón de los Arrieros (en la provincia de Chaco). Este punto nos habilita a pensar en una de las partes de la dirección, la de Matilde Michanié, quien se presenta aquí como una figura monopólica: no sólo se encarga de parte de la dirección, sino también del guión, la producción y la investigación llevadas a cabo en la película. Esta documentalista tiene en su haber fílmico un sello característico: el rescate de lo femenino dentro de mundos históricamente dominados por los hombres: el arte y el deporte. Ha realizado interesantes documentales desarrollando esta temática rescatista, tales como Licencia número uno (2008), donde se narra el desarrollo del boxeo femenino, tanto en Argentina como a nivel mundial; y el mediometraje La mujer mediatizada: presencia femenina en los medios argentinos (2009), entre otros. Quién mejor que la propia Michanié (en una entrevista realizada en 2015) para definir su labor cinematográfica: “Para mí el documental ofrece infinitas posibilidades de construcción de un relato, de personajes, de situaciones, y hasta ahora es el género que mejor me permite expresar mi mirada”. Una mirada igual o tan importante como la de la protagonista del film, Stern. Interesante y disfrutable película, no sólo para aquellos que, como quien escribe, aman la fotografía como arte y como registro documental, sino también para aquellos que no están interiorizados en la materia, ya que la potencia de las imágenes logradas por los directores permite un acercamiento directo y sencillo a un arte muchas veces relegado pero que tanto merece ser enaltecido.
UNA FOTÓGRAFA LEGENDARIA La gran fotógrafa Grete Stern, que decide su profesión y su lugar en el mundo para dejar documentos de toda una época con sugestión, calidad y talento. Estudio en la Bauhaus, se caso con el argentino Horacio Coppola, compañero de estudios, quien determino venir a nuestro país que adopto como suyo. Montajes geniales, con los que ilustraba cuentos, desnudos y el trabajo con los pueblos originarios del Chaco, donde deslumbro con sus cualidades de retratista. Pablo Zubizarreta y Matilde Michnie resaltan su obra y su personalidad.
Documental biográfico sobre la fotógrafa Grete Stern, alemana de nacimiento y argentina por elección. Un pertinente -aunque didáctivo, divulgativo- registro de vida y obra, fundamental en la fotografía moderna de este país.
Una protofeminista suelta en el Chaco. Los realizadores utilizan las herramientas más tradicionales del género documental como modo de reconstruir la vida y presentar y ponderar la obra de Grete Stern, una alemana consagrada como un nombre mayor de la fotografía en la Argentina. Grete, la mirada oblicua es algo así como la versión documental de un biopic, género ficcional de invención hollywoodense, dedicado a reconstruir la biografía de una celebridad, con especial acento en sus mayores logros. En este caso, la celebridad es, si se quiere, de nicho: fuera de los ámbitos de la cultura pocos connacionales habrán oído hablar de Grete Stern, uno de los grandes nombres de la fotografía en la Argentina. El documental de Matilde Michanie y Pablo Zubizarreta se atiene a la más lineal cronología, recorriendo vida y obra de esta nativa de Wuppertal, desde la fecha de su nacimiento (1904) hasta la de su muerte (1999, a la lozana edad de 95 años). Michanie y Zubizarreta utilizan las herramientas tradicionales del género como modo de reconstruir la vida y presentar y ponderar la obra. Básicamente, testimonios de especialistas y fotos, tanto las de la propia autora como de ella, obtenidas por terceros. Se agregan, en la última parte, filmaciones actuales en el Delta del Paraná, sitio en el que Stern vivió y al que amó, y en provincias del norte, que recorrió extensamente durante más de un lustro, produciendo un grueso cuerpo de obra, dedicado a las culturas aborígenes de la zona. En los 40, para una revista “para señoritas”, Stern creó asombrosos fotomontajes surrealistas. De la Bauhaus al Chaco, pasando por el retratismo, la fotografía publicitaria, el fotomontaje y el surrealismo, el registro de Stern parece no tener límites. Es la autora de una de las más famosas fotos de Borges, así como de retratos de Alfredo Palacios, una veinteañera María Elena Walsh asomada a una ventana o de Antonio Berni, irreconocible de tan joven. Todo eso desde mediados de los años 30, cuando junto con su por entonces marido Horacio Coppola, otro prócer del rubro, supo exponer en la sede de la revista Sur bajo el ala de Victoria Ocampo, tres años después de desembarcada en Buenos Aires, escapando de un nazismo en ciernes. Stern era de familia judía y burguesa, y se había formado en Berlín junto a Walter Peterhans, maestro de quien por un tiempo fue única discípula, y que le inculcó la idea del “montaje intelectual” de la composición fotográfica. En los años 40 la convoca Editorial Atlántida para ilustrar una columna de la revista “para señoritas” Idilio, en la que un par de psicoanalistas interpretaban sueños por correo. En ese contexto aparentemente tan poco propicio para audacias visuales e intelectuales, Stern hace fotomontajes de mujeres sin boca, mujeres enjauladas, mujeres a punto de ser devoradas por hombres, mujeres atacadas por hombresmonstruos. Deseos y, sobre todo, terrores femeninos. De allí que la historiadora del arte Valeria González la califique de protofeminista. Es asombroso que de ese surrealismo de cuerpos mutilados, almanaques gigantes e imágenes multiplicadas en espejos se pueda pasar a fotografías desnudas de chozas de caña, familias en medio de la seca y mujeres tejiendo telares. Es sin embargo ese el paso que dio Grete Stern cuando a fines de los años 50 puso rumbo al Chaco, para documentar la vida de los tobas y wichís de la zona. Los fotógrafos Sara Facio y Marcos Zimmerman y el historiador de la fotografía Luis Priamo son otros de quienes –dentro de la concepción del documental más como instrumento que como film autónomo que subyace a la película– prestan testimonio a cámara, en ocasiones haciendo valioso análisis de la técnica y el estilo de la autora.
Contiene una buena narración que nos introduce a conocer mejor a su protagonista la fotógrafa alemana Grete Stern (1904-1999) casada con el fotógrafo argentino Horacio Coppola en 1932 y en 1935 vinieron a vivir a la Argentina, trabajaron juntos, tuvieron una vida intensa con sus dos hijos. Falleció en nuestro país a los 95 años y nos dejo parte de su vida de esto muestra gran parte de este documental, una trabajadora incansable, enamorada de la belleza, la estética y del buen gusto.
Coinciden documentales sobre dos vidas ejemplares Coinciden en estrenarse dos notables documentales de muy distinto estilo pero igual intención: brindar testimonio sobre dos personas fuera de lo común, de esas que además merecen el reconocimiento de sus connacionales, pero son casi desconocidas fuera de su ambiente. "Grete, la mirada oblicua" nos cuenta la vida de Grete Stern, fotógrafa alemana que se enamoró de un argentino y años después, ya separada, se nacionalizó por amor a la Argentina. Estudió en la Bauhaus, conoció mundo, aportó al ambiente artístico y literario de su época, retrató figuras notables y rincones porteños en precioso blanco y negro, ilustró con fascinantes collages surreales las notas donde dos especialistas (unidos bajo seudónimo) explicaban los sueños de sus lectoras en la revista "Idilio", y anduvo todo el Chaco haciendo el relevamiento de rostros y artesanías indígenas, y enseñando el valor de su profesión. La película registra lugares, trabajos, cámaras usadas a lo largo del tiempo, explicaciones de sus colegas Sara Facio, Alicia Segal, Marcos Zimmermann, los especialistas Luis Priamo y Paula Bertúa, Roxana Marcoci, senior curator del MoMA de Nueva York, Marcelo Gustin, del Fogón de los Arrieros, y los propios nativos que, ya grandes, se reconocen en las fotos y estiman su posible uso como evidencia para el reclamo de tierras ancestralmente habitadas. Parece mentira que todo esto haya entrado en sólo 65 minutos, pero la experta Matilde Michanié y su codirector Pablo Zubizarreta tienen maña de sobra.
No puede negarse la audacia de éste documental, uno de los cuatro estrenados en la semana. No por su realización, absolutamente convencional, sino por el objetivo de plasmar en una obra cinematográfica la vida de una persona que le dio un vuelco importante al concepto de la fotografía como arte. “Grete, la mirada oblicua” es la historia de Grete Stern, la fotógrafa de su época que nació en Wuppertal, Alemania, en 1904. Los directores, Matilde Michanie y Pablo Zubizarreta, tienen una evidente admiración por la artista que eventualmente se enamoró de un tal Horacio Coppola y se instaló en nuestro país luego de haber estudiado dibujo, música… Como toda persona en búsqueda de expresarse de la manera que mejor la identifique Grete se volvió discípula de un grande como Peter Hans, para luego abrir su propio estudio en Berlín, junto con una compañera, y así convertirse en una cronista particular de su época. Desde la propuesta se nos invita a conocer a una fotógrafa caracterizada por su tipo de encuadres al momento de disparar su cámara. Ese momento que dura (obviedad mediante) la vigésima cuarta parte de un segundo, tiene una mezcla de instinto primario con el deseo de contar algo. Incluso si es un retrato y su manera de plasmarlo (de ahí la segunda parte del título). Quién escribe ignoraba por completo la existencia de Grete Stern. El producto final cumple entonces con una de las premisas a tener en cuenta a la hora de abordarlo: Que quien lo vea entre al cine (aún sin saber nada) y salga con una idea clara de quién, qué y por qué está retratado en una película. Más allá de una compaginación que rebota entre entrevistas, el largo viaje de los responsables de esta producción para buscar las raíces de su historia, y obviamente las fotografías de Grete, hay algo del orden de lo solemne, en especial en la narración, que pone una distancia fría en el desarrollo. Cómo si se le endilgara a esta vida de artista cierto aire dramático, acaso innecesario. Para poder apreciar éste documental hace falta tener una conexión especial con la fotografía. Una colección de nombres y referentes, sumados a la opinión de los especialistas, nos acercan al personaje en un lenguaje didáctico pero, a la vez, por pasividad narrativa, alejándonos del tema enfriándolo. Es cierto, dada las características del personaje, mucho de lo que vemos aquí parece el tomo “X” de una gran colección de la historia de la fotografía, que por cierto también da una vastedad que pocos pueden abarcar (me incluyo). “Grete, la mirada oblicua” se asume como una suerte de ensayo sobre una rama del arte (bienvenidas las palabras de la alemana con las cuales comienza), menos explorada en términos cinematográficos lo cual establece una gran paradoja. ¿Qué sería del cine sin la fotografía? Seguramente hay materia prima para desarrollar aún más esta pregunta. Esta es una de las puertas.
Grete, la mirada oblicua esta dirigida por Matilde Michanie y Pablo Zubizarreta, poniendo el foco sobre Grete Stern, la fotógrafa argentina. Grete estudio en la Bauhaus, se caso con el argentino Horacio Coppola y decidieron venir a nuestro país, que adopto como suyo. Los directores rescatan su obra y nos invitan a adentrarnos en su vida. Grete retrató en blanco y negro grandes figuras y lugares de la Argentina, anduvo por el Chaco fotografiando e ilustrando tanto a los Indígenas de la región como a sus artesanías. Precursora y a la vanguardia artística de la fotografía latinoamericana. Esa es la idea de los directores, que al salir de la sala de cine uno sepa quien fue, que hizo y porque era necesario hacer una película sobre ella. Grete ofrece 65 minutos para conocer más a esta artista por muchos olvidados y por otros tantos no conocida.
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Grete, la mirada oblicua sobre la realidad Grete, la mirada oblicua el cual realiza un pantallazo sobre la vida y obra de una de las fotógrafas más importantes en la historia del arte. Las fotografías de Grete Stern son de un enorme valor,no sólo a nivel artístico sino también a nivel histórico y poseen una mirada aberrante y única de su contexto de producción “Discutir si la fotografía es un arte o no, me parece malgastar el tiempo, porque el terreno de las definiciones es infinito, trillado y controvertido, y ninguna definición podrá negar la importancia que tiene la fotografía en la vida social, política y expresiva del hombre de hoy.” Grete Stern Por Denise Pieniazek* Con dicha cita comienza el documental Grete, la mirada oblicua el cual realiza un pantallazo sobre la vida y obra de una de las fotógrafas más importantes en la historia del arte. Las fotografías de Grete Stern son de un valor inconmensurale, no sólo a nivel artístico sino también a nivel histórico, ya que contienen un recorte único de la realidad, las cuales -como esboza el título del film- poseen una mirada aberrante y única de su contexto de producción. Grete, la mirada oblicua repara en los aspectos y etapas que conformaron un punto de vista disidente en cada una de sus magníficas composiciones, y todos ellos tienen como tópico en común las minorías sociales. En primer lugar, Stern realiza afiches con el estilo moderno de la Bauhaus, el cual se oponía a la estética nazi que regía por aquel entonces. En segundo lugar,debido a su origen judío Stern debe escaparse de Europa y decide asentarse hasta su muerte en Argentina- junto a su marido Horacio Coppola- un lugar que sin dudas representa una periferia mundial. En tercer lugar, la artista decidió realizar fotomontajes que si bien estaban enmarcados en una revista que representaba los ideales del patriarcado, sus creaciones revelaban los deseos inconscientes de las mujeres de aquel entonces. Por último, decidió retratar a los pueblos originarios y la belleza de las creaciones de quienes aún hoy son marginados socialmente. En consecuencia, estamos en presencia de una obra fotográfica que todavía es actual y conmovedora, pero sobre todo reflexiva. Si bien es de gran relevancia que Matilde Michanié haya decidido realizar un documental sobre Grete Stern, se considera que ciertos aspectos no son acentuados por completo o mismo desde su estructura y formalidad no son sorprendentes. Es un relato simple y bien enlazado sobre la vida de una artista, y sus testimonios son correctos pero parecen poco profundos con respecto a algunas cuestiones. En especial sobre sus fotomontajes para la revista Idilio- algunos de ellos fueron expuestos en el Malba en el 2013- los cuales criticaban fuertemente el ideal de domesticidad. Dichas obras acompañaban la columna “El psicoanálisis te ayudará” en la cual las lectoras (la revista era dirigida hacia un público femenino) enviaban sus sueños para que éstos sean interpretados por Richard Rest (seudónimo del sociólogo Gino Germani). Lo interesante de los fotomontajes de Stern es que en vez de acentuar el análisis psicológico que reafirmaba el orden patriarcal y de domesticidad, representaban de forma controversial las expresiones verdaderas de la nueva mujer moderna, en el contexto histórico del primer peronismo. No era la primera vez que Stern presentaba una imagen alternativa de la mujer, ya en Europa junto a su colega Ellen Rosenberg habían realizado obras que interpelaban la nueva imagen de la mujer denominada como flapper, criticando así la objetualización del cuerpo femenino con la venta de productos como fin. Tal como plantea Grete, la mirada oblicua, casitoda su obra está atravesada por una visión crítica hacia los mitos y promesas del progreso moderno. En consecuencia, el mensaje más reflexivo que nos otorga el documental es que las fotografías de Stern pueden ser resignificadas constantemente puesto que están cargadas, debido a su excepcional composición y temáticas, de semiosis infinita. Ficha Artístico/Técnica: Director: Pablo Zubizarreta& Matilde Michanié Género: Documental Testimonios: Roxana Marcoci, Valeria González, Sara Facio, Alicia Segal, Luis Priamo, Paula Bertúa, Marcelo Gustin y Marcos Zimmermann. Origen: Argentina Año Realización: 2016 Distribuidora: Independiente Fecha Estreno: 28/04/2016