De ensambles corales y familias disfuncionales.
Shawn Levy es de esos directores que uno identifica con la comedia "familiar", pero con un tipo de comedia familiar extremadamente ATP, llena de risas y enredos jocosos para todas las edades, como Más Barato por Docena (Cheaper By The Dozen, 2003), Una Noche en el Museo (Night At The Museum, 2006) o Una Noche fuera de Serie (Date Night, 2010). Pero con Hasta que la Muerte los Juntó (This is Where I Leave You, 2014) el realizador se adentra en un drama familiar de tono liviano aunque un poco más espeso y con una multiplicidad de voces que nutre al relato.
Dentro de un elenco compuesto por diversas estrellas en una suerte de estructura coral, entre las que se destacan Jane Fonda, Jason Bateman (Quiero Matar a mi Jefe, Arrested Development), Tina Fey (30 Rock, Saturday Night Live) y Rose Byrne (X-Men: Primera Generación, Insidious, Buenos Vecinos), la historia sigue el derrotero de Judd Altman, interpretado por Bateman, un productor radial que descubre que su esposa lo engaña con su propio jefe. La mala noticia llega en medio de otra mala noticia: recibe una llamada telefónica de su familia informándole que ha fallecido su padre.
El núcleo de la historia se desarrolla durante la semana en que la familia entera debe volver a vivir bajo el mismo techo para honrar la memoria y cumplir con el último deseo de su difunto padre. Obviamente esta reunión repentina servirá para avivar viejos romances, antiguos rencores y limar asperezas varias entre los integrantes de la familia y aquellos de su universo más próximo. Como en todo esquema coral, cada uno de los personajes tiene un campo de acción perfectamente delimitado. Bateman parece no poder escapar a ese karma que lo lleva a interpretar siempre al tipo bueno que trata de hacer lo mejor para que todos esten felices y es víctima de su propia bondad. Fey es la hermana con lengua filosa y espirítu varonero, y Jane Fonda es la mamá sexy que no tiene tapujos a la hora de ventilar las intimidades de sus cuatro hijos ante cualquiera que esté dispuesto a prestar el oído.
En el mejor espíritu de las comedias dramáticas estándar, las distintas líneas argumentales irán tomando cada una su camino, con algunas resoluciones cercanas al status quo y otras que intentarán romper con lo tradicional. Cuestión de que todos se vayan a casa contentos habiendo visto algo que tiene un poquito para cada gusto, en el sentido más genérico posible.