Reencuentro disfuncional
La premisa de este film es remanida. Antes de que toda una familia, después de mucho tiempo de no hacerlo, se reúna para el funeral del patriarca, uno de sus integrantes (Jason Bateman) asiste a una infidelidad flagrante de su esposa, lo que lo deja en estado patético. Justamente, estos dos términos sirven para describir esta mediana revisión de tantas historias y películas memorables directores como Robert Altman y Lawrence Kasdan sabían cómo aprovechar mejor este tipo de reencuentros.
En todo caso, esto es lo que hay, y para deprimirse con este tipo de comedia dramática, que ni hace reír ni llega a emocionar, mejor esperar a que la pasen por cable o peor aun, que esté disponible en Netflix- .En ese momento se podrá disfrutar de una eterna Jane Fonda que, como viuda pulposa, no será Barbarella, pero alegra el asunto como ninguna de sus compañeras de reparto menos experimentadas, aunque Rose Byrne tiene sus momentos. En cambio, Tina Feyesta está muy desaprovechada; Shawn Levy, el de la serie de "Una noche en el museo", la supo dirigir mucho mejor en "Date Night". Hay demasiados actores talentosos que no tienen ni una escena que valga la pena, y todo el carisma esta apostado al hijo pródigo del difunto, personaje a cargo de Adam Driver que pone un poco de acción en medio de escenas que, en el mejor de los casos, dejan sensación a dejà vu.