Almas en pena
Otra familia disfuncional unida contra su voluntad y van…Tal como ocurría en Agosto, transposición de la reconocida obra de Tracy Letts –que aquí fue dirigida por Claudio Tolcachir, con Norma Aleandro y Mercedes Morán en los roles principales–, Hasta que la muerte los juntó parte de la desaparición (en este caso la muerte) del padre de clan para reunir nuevamente a todos los hijos. Hijos que tienen vidas diametralmente opuestas, pero que difícilmente pueda decirse que la pasan bien.
Así, Phillip (Adam Driver, el de Girls), el menor, vaguea sin rumbo definido mientras está de novio con una psicóloga varios años mayor; Paul (Corey Stoll, el Peter Russo de House of Cards) divide sus preocupaciones entre la continuación del negocio paterno y el tratamiento de fertilidad de su mujer; Wendy (Tina Fey) aún arrastra las heridas de un amor truncado y Judd (Jason Bateman) es víctima reciente de una infidelidad.
Con todas esas cartas sobre la mesa, sumada la presencia de la madre (Jane Fonda), el director Shawn Levy (el mismo de Una noche en el museo y Gigantes de acero) arma una película cuya previsibilidad y apego a un guión de hierro la convierten en un fiel exponente de teatro filmado que, para colmo, jamás esconde las costuras de una parábola moral que irá desde la disyunciones internas hasta las posibilidades de una segunda oportunidad. El buen trabajo de Bateman es lo único rescatable.