Un hogar infantil en Ushuaia Este relato pensado para chicos de corta edad llega a la pantalla grande y está impulsado por dos figuras que vienen de la tele: Diego Topa y Mariana Seligmann. Con el timón de Jorge Midú, que tiene amplia experiencia en el cine hecho por vecinos en Saladillo, la película cuenta una historia sencilla, salpicada con canciones pegadizas y coreografías en escenarios naturales de Ushuaia. Un profesor de música (Topa) y una asistente (Muni) trabajan en un hogar de niños huérfanos que corre peligro ante la llegada de Malva Dalton (Norma Pons, cerca de Cruella De Ville), una millonaria que arrastra los recuerdos oscuros de su infancia. Ella intenta apoderarse del lugar y secuestra, con la ayuda de su torpe asistente Hércules, al empresario bonachón (Gabriel Corrado) que puede salvar el lugar. El arribo del grupo musical "La Pandilla del Sol" respaldará a los niños del "hogar del Fin del Mundo" en esta historia que coloca en primer plano los valores de la amistad y los sueños. El tema de las personas comunes que logran fama y popularidad gracias a un reality encuentra en la trama similtudes con productos de la pantalla chica como High School Musical. Con un tratamiento televisivo y personajes llevados a la caricatura, Midú sostiene un film que no tiene otras intenciones que las de entretener al público más chico por la ingenuidad de las situaciones que presenta. El elenco infantil se muestra más convincente que el resto. La trama resulta maniquea, pero amena y se la puede tildar de "antigua" para los tiempos que corren. Los chicos disfrutarán de Topa, un actor versátil que también brilla en los escenarios porteños. CALIFICACIÓN: BUENA
Topa y Muni, exceso de lugares comunes El dúo televisivo hace agua en la pantalla grande. La dupla conformada por Topa (Diego Topa) y Muni (Mariana Seligmann), que conduce La casa de Disney Junior en dicha señal, logró conquistar a los niños. Como suele ocurrir con los éxitos televisivos infantiles, en época de vacaciones de invierno, se busca aprovechar la buena racha en el teatro y el cine. Tal el caso de Topa y Muni, que tienen una obra teatral en cartel y hoy estrenan Los hermanitos del fin del mundo . Mientras que en el escenario, con dirección de Ariel Del Masttro, siguen los grandes lineamientos del ciclo de TV, y salen airosos, en el filme, hacen agua. El guión narra una historia carente de originalidad y cargada de lugares comunes: un hogar de huérfanos, ubicado en Ushuaia, está en riesgo de desalojo. El profesor de música Pato (Topa) y la Cocinera (Pirucha) se desviven por evitarlo, y alientan a los chicos a trabajar para lograrlo. A su vez, esa comunidad educativa vive fascinada por la banda musical La pandilla de Sol, surgida de un reality show, y sueña con emular sus pasos. Allí, la excusa para incluir canciones y coreografías (por demás discretas). Y la ubicación geográfica del hogar, la ocasión de mechar bellas imágenes de escenarios naturales. Las actuaciones de Topa y Muni y la del grupo de niños que interpretan a los alumnos se balancean entre la inexpresividad y la sobreactuación. En ese aspecto, la excepción es Norma Pons: espléndida en su composición de una malvada de caricatura, una suerte de Cruela De Vil desopilante. Con profusión de colores encendidos, calzas, leggins, sombreros y vestidos estampados, el vestuario parece subrayar la intención del filme de enmarcarse en las ya transitadas ficciones de estudiantinas contemporáneas con inquietudes musicales. El filme, que presenta a Topa y Muni en roles diferentes de los que tienen en la TV, no consigue que resulten verosímiles en sus personajes de Pato y Pirucha.
La aventuras de Topa, Muni y La Pandilla de Sol Aquellos que pasan la barrera de los treinta y pico crecieron fanatizados con películas como La gran aventura de Los Parchis (1982) y sus secuelas. Épocas en que lo único que importaba era ir al cine y ver en la pantalla grande a los ídolos infantiles dentro de una historia que cumpliera con un mínimo requisito: entretener con algo tan simple como un cuento. Hermanitos del fin del mundo (2011) cumple con ese objetivo y lo hace de la mejor manera posible. En la austral ciudad de Ushuaia un grupo de chicos habitan en el orfanato Hermanitos del fin del mundo. Todos los días a la hora de la merienda junto a Pato (Topa) y Piru (Muni), dos de los instructores, ven por la tele La Pandilla de Sol –emulación de los TeenAngels-, uno de los programas infantiles de mayor éxito del momento. Pato quiere ser como ellos pero sus inseguridades no se lo permiten. A su vez, el orfanato atraviesa una disputa económica y su continuidad corre peligro ya que puede caer en manos de la resentida Malva Dalton (Norma Pons). Pero gracias a La Pandilla de Sol, Pato, Piru y los chicos que habitan el lugar todo seguirá por sus cauces normales. Julio Midú (Crisálidas, 2010), uno de los hacedores de la fundación Cine con Vecinos, concibió esta obra junto a su coequiper Fabio Junco de forma amateur. Las vueltas de la vida quisieron que lo que había sido una austera película rodada a pulmón tuviera su remake con los protagónicos de los ídolos infantiles Topa y Muni, conductores del ciclo televisivo La casa de Disney Junior. Así es como Hermanitos del fin del mundo se convierte en remake y llega al gran público infantil seguidor de estos histriónicos y carismáticos animadores. Esta producción distribuida por Disney posee todo lo que los chicos esperan, sobre todo aquellos que rondan los cuatro o cinco años. Hay un cuento clásico habitado por malos muy malos y buenos muy buenos, hay aventura, acción, un mundo mágico, valores un tanto subrayados y canciones acompañadas de grandes musicales, que sin poseer un gran despliegue coreográfico le dan al film el toque de frescura y colorido que necesita. Sin duda va a existir la odiosa comparación con el programa televisivo Chiquitita. El tema de la orfandad, los musicales, los buenos contra los malos, entre otros tópicos similares hacen que sea inevitable caer en ese lugar. Pero a pesar de lo obvio, la comparación se disuelve a minutos da haber comenzado la historia ya que Hermanitos del fin del mundo no convierte ese mundo onírico en una perfecta ensoñación irreal en donde el orfanato es un palacio y los niños los príncipes que habitan dentro de una mentira. Uno de los grandes aciertos de la trama es el de recurrir a una construcción estética simple en donde la ambientación y el vestuario no crean falsas expectativas sobre ese universo y que, a pesar de lo “cinematográfico”, no se aleja de lo real. Hermanitos del fin del mundo no tiene grandes pretensiones más que la de contar un cuento visualmente atractivo. Si esa es la meta, bienvenida sea. Por los menos la diversión para los más chiquitos está asegurada. Y eso hoy en día alcanza y sobra.
Mi hija quería ver esta película. A la función de prensa no la llevé y le dije a mi esposa que después la lleve ella a una función normal. Cuando volví de verla, le dije a mi mujer que inventemos algo para que logremos que vea otra… eso será más fácil que decirle a mi hija que los Muni y Topa que ella adora ver en la tele… no son estos. Lejos están de serlo. Y eso es lo peor que tiene Hermanitos del fin del mundo… era más fácil hacer algo bueno, que esta atrocidad. Dudo que algún padre que lea esta crítica no sepa quienes son Muni y Topa, pero por las dudas voy a dejar en claro que a mi me encantan. Mi hija disfruta mucho ver su programa. Tienen muy buena química, las canciones están buenas, buenas coreografías, se nota una buena producción, etc, etc. Nada que ver con La florería de Bárbara que es para tirarse por el balcón directamente. Y salgamos del closet… esta es mi canción favorita (mi hija tiene otra), para dejar bien en claro que mi indignación es con lo que hicieron con ellos… Una canción en mi cuerpo BANCO A TOPA Y MUNI!! Obvio que no esperaba la gran historia, es un clásico en las vacaciones de invierno que hagan películas simples, o que se repitan y reciclen historias, como en su momento fue la de Chiquititas, con refrito de La novicia rebelde… Pero Chiquititas comparada con esta, es El mago de Oz!!! Acá la historia es clásica, un hogar de niños huérfanos que va a ser rematado y ellos tratarán de salvarlo. Pero el guión es tan patético que termina siendo cualquier cosa. Desde el vamos aparece un personaje que labura en el hogar, que es coimero/sobornado… ¿en una película infantil??? ¡Decime en que película de Disney viste algo así!!! Además denigra a Topa, odia a los chicos, todo sin sentido. El personaje de Norma Pons tiene una voz insoportable, y no se justifican el 80% de sus apariciones. A su vez tiene un “empleado” que se la pasa haciendo morisquetas para estirar su presencia. Y este coimero, se pone a imitar las voces del personaje de Pons… O sea!!! La “original” era insoportable y ponen a uno a imitarla??? Meté diálogos o personajes ricos en el guión, no rellenes con nada!! ¿Por donde sigo? La filmaron en Ushuaia… y jamás un lago, menos un bosque, nada por la ciudad… te muestran un poco el tren patagónico, un par de escenas en el puerto, una cámara fija frente a la cárcel y nada más!! Ah si… alquilaron un helicóptero e hicieron unas tomas aéreas en 15 minutos y luego lo hacen bajar a Corrado del mismo como si fuera un super magnate… Corrado!!! Corrado!!! Pobre. Lo habrá hecho por compromiso, porque el papel que le dieron debe haber sido el peor de su carrera. Me cuesta creer que quiera el mostrar esto a su familia. Después meten a una banda musical, como hace décadas te metían a Los Parchis. Pero no deben haber arreglado con los Casi ángeles e inventaron a la banda similar… Técnicamente tiene una fotografía fea, que no aprovecha lo recortado que muestran los paisajes. El sonido es malo, porque en muchas partes se nota el doblaje y está desfazado. La edición también es mala, señal de eso es que meten cosas de relleno para llegar a los 90 minutos de duración. Ejemplo de esto es cuando usan la toma aérea de los chicos andando en bicicleta siguiendo a Muni, y ves a una nena que indudablemente no caza una con los pedales, y luego 30 metros más adelante ves al resto pedaleando. ¿Era necesario? Los chicos están bien, son de la generación “la tele es lo más” y con tantos padres llevando a sus hijos a los casting, siempre debe salir uno bueno. Acá están muy bien todos y deben estar contentos por aparecer en un cine, pero si siguen en este rubro, en algunos años no será lo que quieran recordar de sus carreras. El productor de esta película ha hecho cosas malas en su historia, pero creo que con esto es hora de que alguien le diga que ya hay que retirarse. Que vuelva a sacar canjes con la República Dominicana, pero que vaya de vacaciones, no a hacer otra película. Me cuesta creer que le haya dedicado tantas líneas a esto, pero quiero dejar bien en claro todos los puntos negativos de la película. Lo del poster es la punta del Iceberg... Un chico no puede disfrutar esta película. Si lo que quieren es verlos a Muni y Topa POR FAVOR LLEVENLOS AL TEATRO!!!
Saladillo for import. Conozcamos a Julio Midú. Un prometedor realizador de la ciudad bonaerense de Saladillo quien junto a Fabio Junco sostiene la Fundación y el Festival Nacional de Cine con Vecinos (que ya va por su 8º edición este año), dirigieron alrededor de una veintena de films, entre ellas Crisálidas y El Ultimo Mandado, cine artesanal que cuenta con la peculiaridad de incluir a los vecinos en los distintos rubros que abarca la realización de una producción cinematográfica tornando la experiencia hacia un perfil comunitario, casi sin dinero y utilizando actores no profesionales, hace doce años que trabajan juntos luego de realizar sus estudios y egresar de la Enerc. Hermanitos…es un producto plenamente enfocado al público familiar que concurre a las salas de cine específicamente en las vacaciones invernales, destinado a los más pequeños la trama es sobrexplicada con matices extremadamente marcados, delineando quienes son los buenos y malos en esta historia por nombrarles un ejemplo. Diego Topa y Mariana “Muni” Seligman, conductores de programas en Disney Channel, interpretan a Pato y Pirucha, dos encargados en un establecimiento que alberga a niños huérfanos del que se demuestra que sin importar el origen de uno se puede triunfar en la vida (si esto implica convertirse en un empresario exitoso…) como es el caso del interpretado por Gabriel Corrado. Tambien hay lugar para una copia de Cruella de Vil a cargo de la lookeada actriz Norma Pons, quizás el rol mas destacable, gracioso y satirizado, (nemesis de Corrado), una mujer que no la ha pasado nada bien en un hogar y actualmente muy adinerada, cuenta con el afán de hacer cerrar la institución que casualmente se encuentra debido a problemas económicos a punto de ser cerrada. Pato anhela formar parte de un grupo musical para adolescentes llamado “Pandilla de Sol” a quienes con entusiasmo todas las tardes se detiene a ver en el hogar junto a los más chicos. El grupo casualmente de gira por Ushuaia accede al pedido de los más chicos de brindar un recital a beneficio. El film cuenta con momentos musicales variados, canciones atractivas, coreografías un tanto insulsas, un vestuario por demás rococó –es increíble la decisión de mostrar a niños huérfanos vestidos cual se hubieran salida de compras de un shopping, con sus coloridas prendas- y con una palpable buena intención. En rubros técnicos es agradable la mezcla de sonido, como cinematográficamente un tanto despareja entre planos muy bien escogidos frente a otros que perfilan al film hacia un formato televisivo. Gracias a actuaciones como la de Norma Pons y Diego Topa, quien se muestra muy cómodo y carismático en escena, algunos desaciertos del film quedan tapados debajo de una alfombra.
Fallida propuesta para toda la familia filmada en Ushuaia Hermanitos del fin del mundo transcurre en Ushuaia, y aunque no lo aclare, parece estar ambientada en la actualidad. Claro que los indicios tienen aquí más que ver con los celulares que usan algunos de los personajes y los televisores por los que espían a sus ídolos de reality show, otra marca de contemporaneidad que el guión desmiente en cada escena. Es que este film infantil protagonizado por Diego Topa, Muni Seligmann (ambos estrellas de la señal Disney Junior), Norma Pons y Fabio Aste tiene una historia que oscila entre la crueldad de los relatos decimonónicos y el estilo visual de un videoclip de los años 80. En el marco de los espectaculares paisajes del Sur -que de todos modos la fotografía no aprovecha del todo, repitiendo escenarios en la hora y media de película-, un orfanato de niños superfelices está en peligro de desaparecer. Para defenderlo están Pato (Topa) y Pirucha (Seligmann), la directora (Elizabeth Killian) y la profesora que interpreta Mimí Ardú. Del lado de los malos está Malva Daltón, una rica millonaria que se traslada en un auto antiguo y se parece mucho a Cruella De Vil. Claro que la villana que Norma Pons transforma hábilmente en caricatura no está interesada en maltratar perritos sino en vengarse de una muy infeliz infancia en el orfanato en cuestión. Para ello no se detendrá ante nada y hasta recurrirá al secuestro reiterado, un delito que el film infantil trata con una liviandad asombrosa. Estética televisiva Muy lejos de sus encantadores y didácticos personajes televisivos, Topa y Muni cantan y bailan como en la pantalla chica, pero sus actuaciones en formato cinematográfico no convencen. De hecho, todo el desarrollo del film tiene algo de tira televisiva cuyos conflictos se resuelven con menos coherencia que urgencia. En términos visuales, Hermanitos del fin del mundo también sigue lecciones de composición de la pantalla chica, aunque la cámara más bien estática sugiere una TV de hace unos cuantos años. De hecho, es muy difícil no establecer comparaciones entre el universo que pinta este film con aquel creado por Cris Morena en la época de Chiquititas. Y a pesar de todo el tiempo transcurrido, el programa de Morena parece estar a años luz en entretenimiento y didactismo de esta película. "Lo importante es que los chicos no sepan nada de esto", dirá un personaje en algún punto del film, instalando la mentira como una respuesta viable, aceptable y preferible en la relación entre adultos y niños. En un guión que se apoya en un sinfín de estereotipos pasados de moda, un par de intérpretes logran elevar su trabajo por encima del material de origen. Entre ellos están la mencionada Pons y Fabio Aste, que hace de un despreciable trepador un malo que en principio aparece sin demasiados matices pero que el trabajo del actor logra dotar de la gracia de la que el resto de la película carece.
Topa y Muni saltan bien al cine Los populares Topa y Muni saltan de la TV al cine con una comedia para su público específico, es decir los más chicos. Y entre escones y canciones, les hacen vivir la aventura de un profesor de música, una linda cocinera y los niños de un asilo frente a una mala de historieta que quiere comprar el edificio para destruirlo. Es que hace añares ella también vivió en ese lugar, pero le quedó un resentimiento atroz, porque habrá sido a comienzos del siglo pasado, cuando esos hogares eran feos hasta de nombre: ni siquiera les decían orfanato, sino orfanatrofio. En cambio ahora todo es lindo, todos la pasan bien y hasta tienen bicicletas para salir en bandada a visitar.a los viejitos del asilo de ancianos. Y otros lugares, por supuesto. La acción transcurre en Ushuaia, de modo que abundan los paisajes y espacios abiertos. También abunda el humor sencillo, las payasadas a cargo de la mala y sus torpes secuaces, la energía de los niños para salvar su hogar, la bondad encarnada en los mayores, incluyendo un empresario pintón que guarda buenos recuerdos de su infancia en ese mismo asilo, y los integrantes de un entusiasta conjunto pop surgido de un reality. Ellos son los héroes del personaje que hace Topa, que sabe cantar pero teme subir a un escenario. No solo es tímido, también se sabe diferente a las estrellas de la tele (y no hay nadie que le cante aquello de «vos sos un gordo bueno, la pinta es lo de menos»). Como es de imaginar, terminará enfrentando exitosamente al público, mientras Muni y los niños enfrentan los planes de la mala, etc., etc., y al final todos cantan, bailan y son felices, que para eso uno lleva a los niños al cine. En resumen, un pasatiempo simpático y colorido para menores de ocho, con las características propias de una nueva entente: Saladillo-Sono Film-Disney. De esta última surgieron Topa y la graciosa Muni, de Sono el entusiasmo para impulsar algo nuevo en la línea de su ya lejana «Chiquititas. Rincón de luz», y de Saladillo los autores. En efecto, los mismos del Cine con Vecinos: Julio Midú, guionista, director y cabeza de playa de varios Midú que allí aparecen (como la rubia del conjunto pop), y Fabio Junco, su compinche habitual. Curiosidades del cine: se fueron para arriba, yendo a filmar por allá abajo. Párrafo aparte, para los niños: la mala se llama Malva Dalton. El nombre, no por la planta curativa sino por Malvada. El apellido, seguramente porque desciende de los malvados hermanos Dalton. Su intérprete es la inefable Norma Pons. Ellos la ven como una bruja horrible, pero sus abuelos se babeaban por ella. Completan el elenco Gabriel Corrado, Mimí Ardú, Fabio Aste, Elizabeth Killian, Tony Amallo, Oscar Alegre y un lote de niños encabezados por Julieta Poggio, Iara Muñoz y Joaquin Foong Quintanilla.
A manera de ayuda solidaria Los conocidos personajes de Disney Channel, Topa y Muni ampliaron sus horizontes no sólo al teatro, también a la pantalla grande. "Hermanitos del Fin del mundo" es una historia de amistad y solidaridad, que tiene como centro un pequeño orfanato, ubicado en la ciudad de Ushuaia. Con una estética que recuerda a las "chiquititas" de Cris Morena, el filme de Julio Midú y Fabio Junco, los creadores del "cine con vecinos", que se hicieron conocidos a partir de sus películas con los vecinos de Saladillo, concretan un sólido y buen producto de entretenimiento para los más pequeños. La película se desliza cómodamente por situaciones en las que los niños, junto a Topa y Muni son el epicentro de la historia. A ellos se une una villana que provoca el conflicto, una señora millonaria, con un pasado de maltrato en ese mismo orfanato, varias décadas atrás, que sin haberse podido despegar de aquel recuerdo, quiere borrar de la tierra la institución. HUMOR Y CANCIONES Para eso, la mujer, una mala copia de la famosa Cruella De Vil de "101 Dálmatas", tiene por ladero a un hombre débil al que maltrata e intenta por todos los medios de comprar la casa en la que viven los niños. Sin darse cuenta que los tiempos cambiaron y los chicos y quienes los cuidan tienen otros recursos para solicitar ayuda solidaria, la que encuentran en La Pandilla de Sol, a los que conocen por televisión y por sus canciones y ritmos pegadizos. "Hermanitos..." es una historia que bien podría presentarse en capítulos televisivos, tiene escenas cortas, con humor, canciones, en las que la simpatía de Topa y Muni los convierte en líderes de los más pequeños. A ellos se suman el galán de la historia, en la figura de un empresario, un portero al que nada le cae bien, una directora que se preocupa por los niños y un equipo de maestras que ofrecen cariño y amistad a los más pequeños. En síntesis una película bien realizada, con actuaciones homogéneas, buenos paisajes de Ushuaia y la simpatía a las que ya tienen acostumbrados a los más chicos: Topa (Diego Topa) y Muni (Muni Seligmann).
¡Salven la casa de los chicos! Diego Topa y Muni Seligmann saltan desde la señal de cable de Disney Channel como atractivos iniciales en esta película, que luego suma unos cuantos materiales de divertimento extra durante su casi hora y media de duración. Ambientada en la ciudad de ?Ushuaia y aprovechando el imponente marco paisajístico dado por las cúspides nevadas y la geografía marítima, la acción se traslada al interior de un amigable hogar de niños huérfanos. Allí, Pato y Pirucha (Topa y Seligmann), junto a la directora y su ayudante, velan por la contención y alegría de un grupo de chicos hasta que un obstáculo importante parece poner en peligro la continuidad de esa obra de bien. Se trata de una disputa inmobiliaria, que alberga la triste posibilidad de tener que cerrar el hogar con todo lo que ello acarrearía. Para impedirlo, el grupo de amigos se pone en campaña para recaudar fondos y comprar el terreno, pero se enfrentan con una malvada ricachona que odia al lugar por una mala experiencia no resuelta, y quiere que lo borren de su vista. Sin altibajos Hermanitos del fin del mundo es una película recomendable por varias razones. Tiene una historia bien contada y sin altibajos donde los espectadores puedan aburrirse. Le suma a eso varios pasos de comedia musical, con canciones pegadizas además muy bien instrumentadas y cantadas por Topa y Muni. Y a eso le agrega las encarnaciones de los personajes en general, que pivotean en torno al gran referente que le aportan los varios actores profesionales presentes en el elenco y que se dan muy bien a la historia, como Norma Pons, Fabio Aste y Elizabeth Killian, Mimí Ardú, Oscar Alegre, Tony Amallo y Gabriel Corrado. Tiene algunas de las características del género de las series con musicales que muestra la televisión para chicos y adolescentes, pero le suma algo de color local de paso haciendo conocer aunque sea a través de lo visual una parte de la república Argentina.
VideoComentario (ver link).
El fin, justifica los medios? Ha sido muy difícil escribir esta crítica para mí. Diego Topa forma parte de muchos recuerdos familiares comunes con mi hija de cinco, hemos pasado horas viéndolo en "La casa de Disney Junior" por cable y también hemos ido a varios de sus shows. En general, me parece que Topa logra combinar sutilmente un repertorio clásico y moderno en sus presentaciones (hace canciones de Gaby, Fofó y Miliki hasta las del Sapo Pepe, mezclando ritmos y haciendo versiones megamix) y ofrece un espectáculo colorido para todas las edades. Se lo ve un artista comprometido con los chicos y por eso siempre lo acompañamos en sus proyectos hasta hoy, el día de su debut cinematográfico. Su coequiper en la televisión es Muni (Mariana Seligmann) con quien tienen buena química y hacen micros muy coloridos que se repiten hasta el cansancio en distintos horarios en la programación. Disney apoyó la distribución del film así que ese elemento me hizo pensar que habían supervisado y controlado el material que estaban apoyando... Pero no. Me parece que confiaron demasiado en el carisma del dúo y dejaron que el casi debutante Julio Midú transformara una idea simple y chiquita (eso era originalmente) mágicamente y sin colaboración literaria en una producción destinada a pelear la exigente taquilla infantil de vacaciones de invierno. Como no estaba convencido de poder sostenerla solo, fui a ver "Hermanitos..." con Luz, de manera también de agregarle a mi visión adulta del film, una percepción del impacto que podía tener en los más chicos. Creo que el resultado de verla en esas condiciones me hizo entender que a pesar de sus pobres valores y defectos, solo logrará entretener a los más pequeños de la casa. Y cuando digo pequeños, me refiero a que solamente chicos de entre 3 y 5 años pueden salir satisfechos. Al resto, les parecerá una propuesta mediocre y aburrida, mal filmada y que no vale el precio de la entrada. Ni siquiera con el 2x1 que ofrecen muchos cines. "Hermanitos..." te retrotrae al cine musical y de vacaciones de la época de los 80, tales como aquellos bizarros clásicos de Los Parchís o "Las aventuras de Tremendo", con un claro objetivo de traer al espectador a figuras de la música o de la televisión en guiones básicos y con poca producción. En aquellos tiempos se creía que bastaba esbozar una trama en dos trazos para atraer ese mismo caudal de público. Funcionaba. Es cierto. Ahora, en este nuevo siglo, tengo mis dudas. Me cuesta creer que los chicos mediatizados de este tiempo puedan sentirse cautivados por esta historia. El guión es sólo una idea forzada que no debe tener ni tres hojas, en las cuales nadie se preocupó por darle algún tipo de dirección coherente, porque de última, lo único que importaba es que Topa y Muni hicieran algunos cuadros y coreografías que hacen en la tele y listo. Con eso debería bastar para llenar la sala. El resto, bueno...Pasa. Como dice Grondona, "Todo pasa..." No amigos, esto no es así. Porque si hubiesen dedicado (y tirón de orejas para Disney) tiempo a enriquecer y ordenar el libro seguramente el resultado habria sido distinto y la reducida franja de llegada que tiene la película se habría ampliado, mucho, para llegarle a chicos más grandes (léase de 6 a 9, por ejemplo). Eso también se sentiría en la taquilla. Pero no, hicieron lo mínimo y el resultado es sorprendentemente berreta. Me cuesta entender como no lo vieron al terminar el corte final. Topa y Muni son Pato y Piru, trabajan en un orfanato en Usuahia que parece extraído de "Chiquititas". Allí, todos a la tarde ven un programa que les trae las andanzas de una banda musical llamada "La pandilla de Sol", chicos al estilo "Teenangels" que salieron de un reality y que son sus ídolos incondicionales. Viven una vida simple y se llevan muy bien entre ellos (obvio!). Hasta que los dueños del hogar, deciden venderlo, con lo que la crisis se desata. Los responsables de la fundación que sustenta el lugar no tienen fondos para comprarlo, así que deberá conseguir dinero de cualquier manera para garantizar la permanencia del lugar. En ese conflicto, habrá una caicatura de Cruela De Vil llamada Malva Dalton (Norma Pons en el PEOR papel de su carrera cinematográfica, sin dudas) que intentará comprar el lugar y terminar con el sueño de los niños. Del otro lado, los chicos serán apoyados por un millonario encarnado por Gabriel Corrado quien estará a dispuesto a ayudarlos hasta el fin. No hay mucho más por contar de la trama y pasamos a repasar los puntos flojos... Las actuaciones son pésimas. Está bien, no lo podemos pedir a Topa y Muni que sean Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli. No, lo suyo es otra cosa. Su fuerte son los musicales y las coreografías. Bueno, hay poco de eso aquí. Poco, en relación a lo que podrían hacer. Compartiendo cartel desde lo musical con los chicos de la banda de Sol, hay contadas oportunidades donde ellos bailan y cantan pero varias en las que tienen que poner el pecho a escenas para los que claramente no están preparados. Topa tiene que llorar frente a un espejo y verlo me revolvió el estómago. No pueden exponerlo a hacer algo que el hombre no sabe. Es matarlo. El grupo de chicos que los acompaña en el hogar lucen desconcertados y tienden a resolver todo, abrazándose. No hay recursos dramáticos para nada que no sea abrazarse. Muy pobre. Repetitivo y pobre. La producción parece salida realmente de los 80. Digo, porque se ve que tenían australes para pagar los costos del rodaje. Todo es cartón pintado. Todo. Desde lo gráfico que que usaron en el film (carteles, letreros, las banderas de los fans de los TeenAngels -sorry, digo, la pandilla de Sol-), hasta el sonido que editaron. Y me detengo aquí porque el audio de "Hermanitos del Fin del Mundo" es IMPERDONABLE. Si Topa y Muni lo único que saben hacer es cantar, ¿Por qué el sonido es tan malo? Me fui del cine sin entenderlo. En algunas escenas, los graves están tan mal ecualizados que las butacas ¡¡¡¡¡vibran!!!!! ¡Noooo! ¿Cómo puede ser??!! Sip. Es así. Durísimo. Hay diálogos que hay que adivinar y me cuesta creer que puedan darse en una película en este tiempo. Los que supervisaron esta versión final, ¿no se dieron cuenta que así no es siquiera un producto técnicamente aceptable para llevar a los cines? Se que Diego Topa es buena gente y espero que cuando la vea en frío, se de cuenta de que no es bueno para su carrera hacer este tipo de film. El resto, es mejor olvidarlo. Sólo se salva alguna canción aislada y nada más. Si debo reconocer que mi hija siguió la historia y no se aburrió, aunque no la ví bailar arriba de la butaca como esperaba. Se ve que la película no le contagió la magia esperada. Y tiene cinco años. Olvidarla rápido y por antecedentes, darle una nueva oportunidad a Topa, cuando alguien se digne producirlo en serio.
Concebida en gran parte para aprovechar el éxito televisivo de la pareja protagónica, los animadores, actores y cantantes Topa y Muni, Hermanitos del fin del mundo es un aceptable producto destinado al público infantil. Diego Topa conduce el segmento de Disney en cable para chicos entre tres y seis años desde que apareció en la grilla como Playhouse Disney (hoy Disney Junior) y hace un tiempo que lo acompaña en esa tarea Mariana Seligmann (Muni). Un rol en apariencia sencillo que ambos desarrollan con buen humor, carisma y talento, elementos que trasladan ahora al formato cinematográfico a través de una trama que aúna solidaridad, música y bellos paisajes del sur de nuestro país. La historia involucra a niños desamparados a punto de ser desalojados de su hogar en el marco de la ciudad de Ushuaia, a los que tratan de proteger los protagonistas, aquí Pato y Pirucha, inseguro maestro de música y muy graciosa cocinera, respectivamente. Habrá un grupo musical para preadolescentes incluido en la historia, una típica villana a cargo de Norma Pons que remite a Cruella de Vil y otros roles bien cubiertos por Fabio Aste y Mimí Ardú. Un final emotivo y un par de buenas canciones completan un menú apropiado para niños menores de ocho años en etapa de receso escolar.
Cuando llegan las vacaciones de invierno, también llegan los estrenos de teatro y cine dedicados a los estudiantes que querrán aprovechar el tiempo libre para divertirse y pasarla bien. La cartelera de cine en este invierno 2011 cuenta con “Hermanitos del fin del mundo”, una producción nacional filmada en su totalidad en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Está protagonizada por Diego Topa y Muni Seligman, y los acompañan en los principales roles secundarios Norma Pons, Mimí Ardou, Fabio Aste y Elizabeth Killian. La dirección es de Julio Midú, quien hace diez años escribió la historia y posteriormente elaboró el guión con Fabio Junco. Los guionistas Julio Midú y Fabio Junco son los creadores del movimiento cinematográfico de la Argentina conocido como “Cine con vecinos”, además organizan el Festival de Cine de Saladillo, en la ciudad del mismo nombre de la provincia de Buenos Aires. Midú y Junco llevan realizados tres largometrajes independientes en los que trabajaron conjuntamente como guionistas y directores. “Hermanitos del fin del mundo” es el largometraje con el que se lanzan al cine comercial, apoyados por Argentina Sono Film y Disney Company. La sinopsis La película narra lo que sucede en un hogar para niños huérfanos ubicado en Ushuaia. Allí trabajan Pato, como profesor de música, y Pirucha, quien más que tarea de educadora cumple rol de “hermana mayor” de los niños a los que se protegen en ese hogar. Pato sueña con ser un cantante famoso, pero reconoce que su timidez le impedirá presentarse ante un público expectante. Pirucha es emprendedora y enérgica, quien junto al “profe” sostienen en el hogar un estado de felicidad y alegría permanente, bajo la supervisión de la directora del establecimiento, la colaboración de la maestra de inglés y la ayuda de un jardinero un poco impertinente. Pero la felicidad es amenazada repentinamente por la decisión de los propietarios del edificio de ponerlo en venta. Pirucha y Pato proponen que entre todos reúnan el dinero para comprar ellos el edificio, pero la cantidad está fuera de su alcance. Deciden entonces proponer recurrir a la colaboración al conjunto musical “La pandilla de Sol” para que realice un recital a beneficio, idea que es aceptada, cuya recaudación, junto a la cantidad reunida y a la ayuda que les brinda un empresario parece solucionar el problema. Pero sólo parece que llega la solución, porque al problema se suma la intención de Malva Dalton, una extravagante dama millonaria, de ser ella quien compre el edificio, para cuando sea la propietaria cerrar el hogar para huérfanos de forma definitiva. Allí comienzan la acción, las corridas y las situaciones cómicas para tratar de que Malva no se salga con la suya. Crítica a “Hermanitos del fin del mundo” El planteamiento inicial del guión, los conflictos y el carácter impreso a algunos personajes recuerdan mucho a las historias de programas de televisión con target “teen” que se han visto en los últimos quince años, sobre todo en las producciones de Cris Morena Group. Es una fórmula argumental que ha dado muy buenos resultados de rating, que ha sido éxito de taquilla en versiones teatrales estrenadas para vacaciones de invierno, y ha conformado un formato televisivo que se ha vendido a muchos países. El bosquejo argumental de hogar de huérfanos, maestra buena (y bella), directora que mucho no dirige, y un personaje malo con personalidad “teatral”, ha llegado al cine en el género de comedia. Tiene mucha música pop alegre y pegadiza, pero no llega a ser una comedia musical porque sus cuadros musicales son buenos pero están fragmentados. Es de destacar las habilidades y acrobacias de algunos integrantes de esos cuadros, aunque pareciera que no se trata de bailarines profesionales. Los personajes no son complicados en su composición. Diego Topa (Pato) lleva muchos años en la televisión y el teatro con historias destinadas a los “teen”, e incluso a niños más pequeños, y es un ídolo del género donde se afianzó por su carismática imagen de “muchacho buenote”. En esta realización se nota su seguridad actoral y vuelve a demostrar que canta muy bien. Muni Seligman (Pirucha) también incursionó televisivamente con historias parecidas lo que, al igual que Topa, hace que le transmita seguridad a su personaje. Norma Pons se destaca en su rol de Malva Dalton, un personaje al que el espectador puede llegar a perdonarle sus “maldades”. Elizabeth Killian (directora) y Mimí Ardou (profesora de inglés) componen sus personajes con la mesura necesaria. Fabio Aste (el jardinero) logró no desbordarse con el suyo, que quizá sea el más malo. Muchas situaciones tienen el desarrollo de las escenas en locaciones al aire libre, lo que permite al espectador admirar los hermosos paisajes con los cerros y el mar que rodean a Ushuaia. Los espectadores desde los cinco años podrán disfrutar de esta realización, y los que están en el segmento “teen” pueden llegar a identificarse con algunos personajes, tal como le sucede a Pato, el protagonista, con “La Pandilla de Sol”, el grupo musical que él admira. (Carlos Herrera).
Y el fin de la paciencia Hermanitos del Fin del Mundo es la adaptación cinematográfica de los personajes furor de Disney Junior, Topa y Muni, que conquistaron en la TV a la mayoría de los niños del país. Debo aceptar que nunca me cayeron muy bien, pero si pude ver en su público objetivo, los niños, que esta dupla tiene un "ángel" que los hace muy atractivos, a la vez que presentan un repertorio de canciones muy pegadizo. Creo que Hermanitos, es un muy buen ejemplo de que todo lo que funciona en TV, NO tiene porque hacerlo en el campo de los largometrajes. En el afán de llenar las arcas de manera descarada y en un acto poco inteligente, se llevaron a la gran pantalla una serie de programas exitosos en la TV, que fracasaron estrepitosamente en el cine, como por ejemplo "Perdidos en el Espacio", "Los Duques de Hazzard" o los absurdos "Ángeles de Charlie". Lamentablemente, "Hermanitos del Fin del Mundo" es otro ejemplo de que el carisma o una buena idea no son suficientes para lograr atrapar al espectador de cine, sino que además debe haber una muy buena historia que justifique 86 minutos de duración, debe ser ejecutada con mucho cuidado de edición, de actuación, de sonido, y eso acá faltó... No es lo mismo crear para TV, que para el Cine. En este sentido, creo que no es un producto de calidad, es poco original, y digan lo que digan, es una copia mala de Chiquititas. Los aspectos técnicos están bastante descuidados, y no es excusa el hecho que sea un programa de TV adaptado. Otra cuestión que leí por ahí es que a los niños de menos de 4 años les encantó, porque ese es el público objetivo de la producción, pero yo les puedo decir que mis primitos que tienen 6 y 9 años junto con sus amiguitos, también ven la serie y la disfrutan, pero esta película no tiene el mismo encanto, y un nene o nena que supere los 5 años, difícilmente se enganche con ella. Para ir cerrando, la historia mala, los aspectos técnicos flojos, las canciones buenas (pegadizas), los actores regulares, Muni y Topa cuando hacen lo suyo, buenos. Por último solicito que se tenga en cuenta que los niños de 4, 5, 6 y hasta 12 años diría, suelen ir al cine acompañados de mayores, cuestión que se tiene en cuenta en varias producciones infantiles donde el adulto puede encontrar algún que otro bocadillo dedicado especialmente para él... En Hermanitos no se pensó ni 2 minutos en los padres, hermanos, tíos y demás que tienen que ejercitar duramente la paciencia para salir con vida de la sala. No la recomiendo.
Llegan las vacaciones de invierno en distintas partes del mundo, con la idea de entretener y divertir comienzan a aparecer distintas películas para los adolescente y los más chicos; en este caso los adultos que vean estos nombres en pantalla Topa y Muni seguramente son dos desconocidos, pero no es asi para sus seguidores, Diego Topa es un conductor, actor y cantante, participó en numerosas obras teatrales y programas televisivos para los niños, actualmente cuenta con su propio espectáculo: “El show de Topa”; y Mariana "Muni" Seligmann, participo en programas de Cris Morena y en algunos largometrajes; ambos son los conductores carismáticos de La casa de Disney Junior en dicha señal. La historia es muy sencilla Pato (Diego Topa) es el profesor de música, Pirucha (Muni) la cocinera y la Directora (Elizabeth Killian), en un hogar de chicos huérfanos, algo parecido al hogar de Chiquititas (a diferencia que este tenía contenidos y se la comparamos esta es Mary Poppins) pero situado en un lugar increíble en Ushuaia (Tierra del Fuego), la locación es maravillosa, bellísima; se muestra El trencito, planos de la Ciudad pero se podía mostrar un poco más, fue algo poco desaprovechado. El problema que tiene este “Hogar del Fin del Mundo” es que pronto será vendido y los chicos se quedarán sin él, como la unión hace la fuerza, todos harán lo imposible para conservar su vivienda, para esto son ayudados por “La Pandilla de Sol” (como si fueran los Casi Ángeles o TeenAngels) ellos son: Sol (Florencia Midú), Teo (Facundo Estévez), Colo (Margarita Velilla), Maxi (Esteban Masturini), Migue (Rodrigo Velilla) y otros colaboradores La profesora Perkins (Mimi Ardú), Choinquite (Oscar Alegre) y el empresario Sergio Piedrabuena (Gabriel Corrado), y los malos de la historia: Hércules (Tony Amallo), Pascual (Fabio Aste) y Malva Dalton (Norma Pons) tan mala como una Cruela De Vil, (acá en vez de maltratar a perritos lo hace con niños) una buena interpretación, maquillaje y un vestuario increíble. El guión es terriblemente pobre, sin matices, están bien marcados quienes son los buenos y los malos, pone en primer plano los valores de la amistad y los sueños (Miss Tacuarembó), flojas actuaciones, lleno de canciones atractivas, coreografías emotivas, mucho color, tiende a ser un formato mas televisivo que cinematográfico, y hasta por momentos se va al videoclip.