La doble herencia
Hija única (2016) es el cuarto opus de Santiago Palavecino, sumerge al espectador en un misterioso juego de espejos y expande los elementos del melodrama clásico para encontrar zonas que abarcan los problemas de la identidad, sin dejar de lado una trama rica en subtramas, apoyada en buenas actuaciones y con una notable dirección por parte del propio Palavecino.