PENSAR A CORTÁZAR DESDE LOS DIBUJITOS
Historias de Cronopios y de Famas es una película de animación realizada por Julio Ludueña. Pero ¿no merece el espíritu lúdico y atrevido de Julio Cortázar tener un dejo de insolemnidad y hablar de dibujitos animados? En principio lo reclama. Aun cuando los dibujitos surjan de la paleta de artistas como Luis Felipe Noé, Carlos Alonso, Daniel Santoro, Antonio Seguí, Patricio Bonta, Crist, Ricardo Espósito, Magdalena Pagano, Luciana Sáez y Ana Tarsia. Animados por un equipo conducido por Juan Pablo Bouza, cada uno de los artistas imaginó el universo pictórico de los distintos relatos elegidos por Ludueña.
La película constituye una pieza unitaria que permite atravesar desde aquellas historias la letra cortazariana más allá de la obra literaria que le da origen. Y al mismo tiempo pone en presente aquel notable ejercicio de utilización de un registro falsamente ingenuo, abriendo lecturas políticas más allá de cualquier mirada cristalizada. La apropiación del lenguaje, los desbarates de la palabra, persisten en la película, en su concepción gráfica, en los recursos de animación. Del mismo modo lo político es apropiado por los artistas que se permiten reponer aquellos relatos en espacios de disputa muy pertinentes, pero también actualizados. En este sentido la impronta de la iconografía peronista propuesta por Daniel Santoro, que incorpora a una Victoria Ocampo patrona y explotadora, es especialmente destacable. Pero del mismo modo no puede perderse la potencia del valor político presente del trabajo de Carlos Alonso para “Conservación de los recuerdos”, donde la memoria de la dictadura actualiza el conjunto de textos publicados en 1962.
Plásticamente Historias de Cronopios y de Famas reúne un conjunto de obras sorprendentes, la realización logra presentar una obra cinematográfica que es mucho más que un conjunto de relatos unidos solo por el libro que los presentó originalmente. Así como los textos de Cortázar presentan una unidad, una solidez propositiva, un trabajo libérrimo sobre el lenguaje como forma de resistencia política y un dibujo sobre los unos y los otros que solo puede pensarse en términos ideológicos y políticos, el trabajo de Julio Ludueña es una totalidad que opera a partir de los textos, las obras plásticas y la muy adecuada y creativa banda de sonido, para construir una obra sólida.
Por Daniel Cholakian
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