El film se basa en la historia real de Saeed “Spider Killer” Hanaei (Mahdi Bajestani), un hombre que asesinó a 16 trabajadoras sexuales en la ciudad iraní de Mashhad entre los años 2000 y 2001, atrapado gracias a la solitaria, intensa y más que riesgosa investigación realizada por la valiente periodista Rihimi (Zar Amir Ebrahimi), quien se sumerge en los suburbios de una de las metrópolis más grandes de Irán y principal peregrinación islámica, sin ningún tipo de protección ni compañía de la policía local.
En los primeros minutos de iniciada la película observamos al asesino y su accionar entre los callejones oscuros y escabrosos de la ciudad, escenarios que actúan de forma directa sobre los personajes así también como en la mente del espectador, dejando en claro la intención del realizador que no pretende con estás imágenes cautivar al turismo religioso. El individuo, un trabajador de la construcción, veterano de la guerra Irán-Irak, se muestra amoroso con su familia mientras por las noches se aprovecha de las mujeres matándolas a sangre fría.