El film se sumerge en el dificultoso mundo de los vínculos familiares, con la particularidad de no detenerse en ningún tema en especial, sino en surfear por las diversas cuestiones que surgen a partir de varios lazos como el de una madre y un hijo, las diferencias entre hermanas o la participación de una madre/abuela, a veces interviniendo demasiado donde no se la llama y otras veces evitando involucrarse.
Mónica y Gonzalo emprenden un viaje, en época de carnaval, por el norte argentino, más precisamente por las provincias de Salta y Jujuy, para insertarse en la cordillera andina, donde habita la comunidad aimara en una pequeña localidad aislada de todo. Allí se presenta la pareja, llevando con ellos el arte de la danza, en busca de exponer su destreza y maestría proponiendo también un intercambio entre las distintas culturas.
La película tiene como protagonistas a dos jueces de garantías de Primera Instancia, Walter Saettone y Alejandro David, quienes visitan y recorren todos los días las comisarías y cárceles donde se encuentran alojados los presos, para revisar sus situaciones procesales y sus condiciones de vida dentro de la cárcel, con el objetivo de garantizar un trato y una vida digna para ellos.
Luca es un joven empleado de una empresa, que está interesada en construir un housing en unos terrenos en desuso pertenecientes al ferrocarril, en Córdoba. En esa impronta de algo que ya ha desaparecido, el protagonista principal del relato rodeado de vagones abandonados, se muestra en el inicio del film, en plena labor ofreciendo e intentando convencer a una señora de buen pasar económico, que esta es una posibilidad real de inversiones muy rentables.
Jorge “El Sabueso” Villafañez (Juan Carrasco) es un detective privado, muy bien preparado para resolver casos de todo tipo, aunque su especialidad son las mujeres sospechadas de infidelidad y los empleados en conflicto con sus patrones.
El consagrado pianista de jazz Bill Evans visitó tan solo dos veces la Argentina, en el año 1973 para tocar en el teatro Gran Rex y en 1979 para presentarse en el Teatro Ópera; en el El Círculo de Rosario y en el teatro San Martín. Presentaciones a las que se le agregó una fecha en San Nicolás de los Arroyos que por aquellos años era un pequeño pueblo de escasos habitantes, sugerencia de los productores, ya que consideraban que podían encontrar una gran audiencia, debido a la comunidad de estadounidenses que se encontraba allí a raíz de los labores que llevaban a cabo para una empresa petrolera norteamericana.
Vera Gemma es una personalidad reconocida en la industria del cine italiano, aunque de forma moderada. Es decir no todo el mundo que la cruce le pedirá un autógrafo o una foto. Sin embargo, ella transita las calles de Roma con el glamour de una diva, sin importarle la mirada de los demás, o al menos eso aparenta.
En un futuro no muy lejano, en una sociedad donde la vida parece transcurrir sin conflictos y en armonía debido a la invención de unos particulares teléfonos celulares que permiten llamar al pasado para impedir todo tipo de crímenes y accidentes fatales, la paz se verá afectada por un asesino serial, quién ha conseguido alterar dicho sistema, aparentemente perfecto.
El film narra la historia de Julián (Martínez), un joven peón de estancia, quién luego de varios años se reencuentra con Patricio (Guirao), el hijo del patrón y con el cual compartió su infancia. Patricio ha regresado a ese lugar que los vio crecer. Llega con su mujer e hijos y lo que parece ser una visita pasajera se transforma, luego de que esos dos amigos de niños, vuelvan a cruzar sus miradas.
El documental que tuvo su presentación mundial en el reciente 73° Festival Internacional de Cine de Berlín tiene una duración de 177 minutos y es una coproducción entre Argentina, Italia, Francia y Noruega. Basado en una selección sobre el registro audiovisual de 530 horas del Juicio a las Juntas, que realizó el canal estatal de televisión Argentina Televisora Color, entre el 22 de abril y el 9 de diciembre de 1985.