Fallida comedia animada en donde pobres versus ricos se pelean por tener TODO el dinero del mundo. Algunos gags funcionan, tal vez de manera separada, pero en el conjunto de este duelo entre “vagos” y “ricos”, con un especial subrayado e hiperbolización de estereotipos, el mensaje que quiere ofrecer se debilita. El film gana cuando los trazos se acercan a Crumb o cuando las referencias a la cultura popular aparecen, pero cuando se exagera, por ejemplo, el chiste del control de la corporación más importante de cine y entretenimiento de todo, ya no hay vuelta atrás.
Campamento Vagabundo es la capital de la libertad, esa que los desplazados arrebatan de la grasa de las capitales. Esta épica comedia negra se basa en una serie de televisión que por 2015 estuvo al aire en la televisión abierta chilena. Resultado de la visión de una nueva generación de creadores evidentemente influenciados por pulsantes años de animación e historieta de marcada variedad. Al igual que los personajes de Groening, los vagabundos tienen cuatro dedos, como en ¡Aaahh! Real Monsters desde el basural el tamaño y la anatomía de los protagonistas varia sin discriminar, incorporando la anormalidad y el grotesco como patrón funcional. Invocando al antiguo Diógenes, Raúl, el aguerrido protagonista lidera la tropa de freaks en lo que se anticipa un festín de Navidad. El plan maestro de los vagos, de aprovecharse para carroñar los restos de la festividad resulta trastornado, en lo que podría ser tranquilamente un guion de Robot Chicken. Desde su cripta helada el mítico villano criogenizado pone inicio a su plan. El orden mundial se ve en crisis inmediatamente y la sociedad adopta los tintes post-apocalípticos que tanto nos gustan avistar. La revolución que Raúl predica contra el vil dinero se torna una pesadilla antisistema ¿Qué lugar les quedara por habitar a los patrones del basural? Parásitos o patrones, la comitiva al estilo Señor de los Anillos se embarca en una ajetreada travesía para intentar restaurar el orden perdido. La estética, que recuerda la sádica y cruel Mr.Pickles, divierte en el juego de apariciones de este collage por demás contemporáneo, Divine, Caracortada, ni Anonymous queda fuera, en lo que resulta una de las más divertida y acidas propuestas de 2019. HOMELESS Homeless, 2019, Chile. Dirección: Jorge Campusano, José Ignacio Navarro y Santiago O’Ryan. Productora: Fábula y Lunes.Duración: 90 minutos
Tras su estreno en el Festival de Annecy (Francia), considerado el encuentro más importante del mundo en el ámbito del cine de animación, llega a la televisión y al streaming esta coproducción mayoritariamente chilena, pero con aportes argentinos en varios rubros. Se trata de una comedia negrísima con claro espíritu satírico y una permanente apuesta por la provocación. En esta distopía (género muy a tono con estos tiempos) reina el caos y las diferencias de clase son más extremas que nunca. Por un lado, las corporaciones; por el otro, un grupo de mendigos (los homeless del título) que viven en un baldío y se dedican al reciclaje de basura. De pronto, se produce lo inesperado: desaparecen todas las reservas monetarias del mundo (ese dinero electrónico queda guardado en un pendrive que va pasando de mano en mano). Si la premisa parece ridícula es porque a los tres directores no les interesa el verosímil sino apostar al humor absurdo y a una mirada desencantada del mundo con nerds dedicados al ciberterrorismo, ejércitos con algo de los Stormtroopers de Star Wars , niños ricos que tienen tristeza, líderes mundiales atribulados (en algún momento hasta aparece Donald Trump) y multimillonarios siempre dominados por la codicia. Entre elementos que remiten al libro El príncipe y el mendigo , de Mark Twain, y aspectos visuales con algunos puntos de contacto con las historietas de Robert Crumb, Homeless resulta una sátira sin freno (por momentos algo obvia y hasta un poco irritante), pero con múltiples hallazgos visuales y apuestas por el riesgo.
Llega a Cine.Ar Homeless, una comedia negra animada, coproducida por Chile y Argentina. Está dirigida por José Ignacio Navarro Cox, Jorge Campusano y Santiago O'Ryan. Antes de comenzar, Homeless nos advierte que es una película que “ofende a todos por igual”. Y es así, a lo largo de toda la trama, la película explota al máximo el humor negro: provoca a casi todos los colectivos por igual. Si bien, mayormente, consigue hacerlo de una manera ácida, pero inteligente, por momentos abusa del uso de estereotipos. Estereotipos que parecen sacados de una sitcom de finales de los 90, inicios del 2000. Por ende nos encontramos con personajes como el nerd “gordo, con anteojos y repleto de granos”. La película nos presenta a un grupo de nerds (en realidad sólo podemos ver a uno) que buscan liberar a las personas de los grandes bancos y corporaciones. Es así que organizan un ataque ciberterrorista para robar todo el dinero de las cuentas bancarias a nivel mundial y terminan desatando la peor crisis económica de la historia y un fuerte estallido social. Al finalizar el plan, son traicionados por un malvado ratón que pretende apoderarse del pendrive en el cual almacenaron todo el dinero y los datos. Para restablecer el viejo sistema capitalista que regía hasta entonces, un grupo de homeless (que previamente luchaba por derrocar dicho sistema) trabajará en conjunto con un niño “blanco y rico”, quien terminó, por casualidades de la vida, con el mágico pendrive en sus manos. A lo largo de su aventura deberán hacerle frente al malvado ratón, quien controla al “Escuadrón de la felicidad”, una suerte de stormtroopers con simbologías nazis que atacan a quienes se interpongan en su camino. Poco a poco, se nos irá mostrando quién es realmente este malvado ratón y a quién responde. Si bien desde un comienzo son obvias las referencias, una vez develada la identidad del verdadero villano, todas las cartas quedan expuestas sobre la mesa. Si bien la mayor parte del tiempo se nos presenta un humor ácido manejado de una manera bastante inteligente, el peso de los chistes decae a causa de la sobreexplicación a la hora de los remates. No sólo aclaran de qué va el chiste en cuestión, sino que, además, en algunos momentos, lo exageran al máximo. Finalmente, la propuesta termina subestimando la inteligencia del espectador. Homeless es una comedia ácida bastante inteligente y con buenos momentos. Sin embargo, su humor se ve opacado por la sobreexplicación y la exageración en la gran mayoría de sus chistes. Los estereotipos que reproduce atrasan al menos 10 años.
Feos, sucios y buenos Con la frase “Está película no discrimina, ofende a todos por igual” se abre el paraguas del tipo de film que estamos a punto de ver. Esta coproducción chilena-Argentina es una animación para adultos insolente y gratamente subversiva, al estilo de Rick and Morty, Ren & Stimpy, South Park o las que realiza Ayar Blasco, por poner un ejemplo del hemisferio sur. La historia se presenta como una crítica mordaz al capitalismo, o mejor dicho, a todos y a cada uno de sus seres: millonarios, clase media, pobres y los homeless del título. No se salva nadie de la parodia satírica y tampoco, ante la ausencia del dinero virtual, del caos mundial. Los homeless -un lisiado, un artista, un idealista de izquierda y un niño ex rico que perdió su fortuna-, serán los encargados de detener a Waldo Alegría (que no es otro que Walt Disney) y su ejército de ratones del parque de diversiones Felicilandia para restablecer, paradoja mediante, el sistema. Muchas ideas son llevadas al externo con un humor anárquico -por momentos repulsivo- que busca y logra incomodar (de ahí la aclaración inicial) tanto como entretener. El niño rico apodado “queso” es el primero que cuestiona la noción de felicidad impuesta por su millonaria familia y luego por Waldo, el villano descongelado de la historia. Pero la sátira no está solo en ellos sino también en los políticos (hay una reunión en la ONU con Trump y Merkel), los hippies a quienes llaman “fumetas” y demás. Un mundo donde la ausencia de dinero rompe las jerarquías sociales y eso, desencadena el caos. Es interesante algunas concepciones que el film dirigido de manera tripartita por Santiago O'Ryan, José Ignacio Navarro, Jorge Campusano hace, acerca del dinero o sobre el sistema. En los roles asumidos -y por ende parodiados- está el quid de la cuestión. La película no se posiciona de un lado u otro de la grieta del sistema sino en la grieta misma. Una película desbocada, delirante y excesiva por momentos que, claramente, no es para todo el mundo. Aunque el capitalismo tampoco lo sea. Se puede ver en CINEAR.
El largometraje de animación para adultos Homeless cuenta la historia de un trío de vagos que han elegido vivir fuera del sistema. Pero su vida y su campamento en la calle se ven amenazados cuando un grupo de ciberterroristas hace colapsar todo el sistema. La población mundial queda en ruinas y es sacado de su congelamiento el gran maestro de la animación de todos los tiempos. Los homeless deberán lucha para reinstalar el sistema, ya que la única forma de vivir fuera del sistema es que este exista. Esa idea además de graciosa, es el punta pie inicial para la aventuras de esta comedia de humor negro y docenas de referencias a la cultura popular. Son varios los dibujos animados transgresores que se pueden observar como modelo para esta película. Pero en todos los casos se trata de animaciones televisivas cuya duración por episodio jamás llegaría a la hora. Y eso lo malo de lo que pasa acá, la trama se alarga demasiado y no hay tantas ideas de guión como para que esto ocurra sin que se resienta el resultado. Qué la película sea una producción entre Chile y Argentina es para muchos motivo suficiente para festejarla, pero el paternalismo nunca es un buen método para hablar de cine. Y todo el mundo de referencias anti Walt Disney y su mundo es tan infantil y viejo que incluso cuando lo hicieron Los Simpson años y años atrás y ya sonaba algo forzado. Pero si uno ama la animación, un poco de capricho contra el más famoso y poderoso es comprensible e incluso justificable entre nerds. Y en cuanto a la comedia negra, con buenos chistes y buenas ideas, tampoco es que la película es algo nunca visto. Hoy por hoy es tipo de comedia ha sido también llevado a niveles más altos. Homeless es una comedia que hubiera funcionado más en televisión que en la duración del cine.
UN POCO DE ESTO, UN POCO DE AQUELLO En las últimas décadas, el público occidental ha entendido que la animación abarca más edades que solo la infantil. Iniciando con Los Simpson y Padre de Familia, el MTV de los 90’s y Adult Swin, y llegando a hoy en día con Rick and Morty y Bojack Horseman. No dista mucho de lo clásico, a fin de cuentas, Ren y Stimpy tienen más similitudes con Tom y Jerry que diferencias. Actualmente la representación de lo absurdo y lo grotesco ha ido in crescendo, siguiendo las tradiciones e historia que este oficio tiene. Para romper las reglas, primero hay que conocerlas. Homeless nos introduce en un mundo regido por lo material, en plena previa navideña. Un campamento de vagabundos se niega a vivir bajo el poder del dinero, confiando en su experiencia de sobrevivir de manera gratuita con los desechos del sistema. Un ataque hacker hace que desaparezca todo el dinero del mundo, sumiéndolo en un caos donde aquellas personas despreciadas, ahora son las más aptas. Dicho ataque, orquestado por una corporación maligna, comandada por un ratón que busca satisfacer el deseo de su padre: crear un parque destinado a la alegría y felicidad. La película de Campusano, Cox y O’Ryan estéticamente es similar a Rick and Morty y dialoga con el humor de South Park. La animación es un ejemplo de que producciones por fuera de las grandes ligas, pueden emular su trazo. Pero en razones de ejecución del humor, queda a medio camino, por momentos repitiéndose a sí misma en lo grotesco y observaciones sobre la cultura pop. Un niño de clase alta, es abandonado y acogido por la comunidad homeless. Este tiene en su poder el pendrive que posee todo el dinero para restaurar el status quo. Iniciando el camino hacia la ONU, atravesando una comunidad hippie, campos de concentración de la alegría y sus fuerzas robóticas. Porque para ser un antisistema, tiene que existir uno para oponérsele. Homeless representa el buen trabajo en animación que se está llevando a cabo en la región. Sumando a realizadores como Ayar Blasco y Juan Pablo Zaramella. Que a pesar de no tener las bondades económicas de otros países, desde lo austero, encuentran en lo clásico y actual las herramientas para contar sus historias.
«El mundo se cae a pedazos y hay que salvarlo». Aquello que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, es lo que lo hace libre y también responsable de sus actos. «Homeless» es una película de animación chilena, que cuenta con actuaciones de Sebastián Rosas, Bernardo Rodríguez, Gerardo Vázquez e Iván Fernández. Una comedia negra basada en la serie homónima, que estuvo al aire en 2015 en televisión abierta. Es una historia distinta, que tiene nuevas apuestas y claras búsquedas. Cuando se desata la peor crisis económica mundial que jamás haya existido, un grupo de vagabundos marginados deciden hacer frente al dictador de la última gran compañía que queda en pie. Todo con el fin de recuperar su hogar debajo de un puente. La cinta se inicia con la leyenda «Esta película ofende a todos por igual», marcando el tono de la misma y el mensaje de fondo que tiene. Sin embargo, está más dirigida al púbico chileno que conocía la serie. Estos indigentes se agrupan para hacer frente a la dictadura (junto a la ayuda de un niño millonario el cual toma relevancia en la trama), con la misión de restablecer el sistema, ante la noticia de que un hacker hizo colapsar el mundo financiero, robándose toda la plata virtual circulante. Eso los mueve a intentar reconstruir el sistema tal como estaba, ese mismo que tanto detestan, pero siendo la única manera de recuperar su hogar. Tiene un parecido a «South Park» y «Rick y Morty», tanto por los personajes, como por el relato y la estética. Es un juego cómico con cambios absurdos y extremos de los personajes, donde al final todo vuelve a la normalidad. Al mismo tiempo, se parodia al mundo Disney y cómo se encargó de vender la fantasía de una felicidad inalcanzable. Toca temas como la discriminación, la falta de compromiso de funcionarios e instituciones, las divisiones y rupturas de los valores. Es entretenida, inteligente y sabe muy bien lo que se quiere contar y cómo hacerlo, a través de un humor negro, intenso y sin compasión en lo absoluto. Reflexiona tanto sobre los valores como los dolores de la sociedad. La película dialoga con el contexto actual de la pandemia y también con cualquier crisis que haya en cualquier lugar y que tenga cualquier persona, porque de alguna forma muestra la vulnerabilidad máxima del ser humano. En síntesis, «Homeless» narra la lucha de poderes y el deseo de libertad, al mismo tiempo que se cuestiona el sistema financiero global de forma muy ácida junto a chistes políticamente incorrectos en un escenario distópico en el que desaparece todo el dinero del mundo. Una premisa digna de «South Park», donde el dinero es el protagonista y la maldad que causa, y el que promueve más de una vez que tu vida tenga un propósito basado en el egoísmo, dejando de lado lo verdaderamente importante.
Animación en clave irónica, rebelde y contestataria. Crítica de “Homeless”. Florencia Fico La película de orígenes chilenos y argentinos“Homeless” seduce con humor negro al espectador. Denuncia la falsa felicidad promovida por Disney, el consumismo, la líquida seguridad de estatus por el dinero es decir el capitalismo y la incredulidad al sistema neoliberal. Por. Florencia Fico. Los directores José Ignacio Navarro, Jorge Campusano y Santiago O’Ryan desarrollan un relato con animación que evidencia que al desatarse la máxima crisis financiera de la historia un conjunto de vagabundos combaten a la dictadura de la última organización que hay con el objetivo de revitalizar el sistema que odian y tener su casa abajo de un puente. El guión trata la segregación a los sectores menos favorecidos económicamente, la sectaria aptitud de algunas personas al acceso de recursos, la riqueza no necesariamente sugiere llegar a cumplir con los deseos de los sujetos. El filme constantemente acierta al usar la sátira o la parodia, alusiones a la alienación que provoca el factor financiero, su seguida división y ruptura de los valores humanos y la tecnología como herramienta de control social al mejor estilo Mátrix. Lo relevante es la construcción del concepto de la comunidad vagabunda lo que baja línea política ya que visibiliza la desigualdad con altura, registra sus malas condiciones de vida. Ya que la calle es la gran locación y escenario de explosivas discusiones. Deja ver sus egoísmos, sus artimañas y su explotación ante cualquier oferta laboral. En torno a los personajes tratan de ubicar a tres antihéroes, un niño millonario que quiere salirse de su comodidad llamado Quesillo, la figura malvada de un renacido Walt Disney y su secuaz una rata. Todos ellos comparten una estética y comedia similar a Los Simpson, South Park, Family Guy y Rick and Morty. La película asombra por una animación rica en debate para adultos. En una hora se detonan diferentes frentes de combate contra la discriminación, la falta de compromiso de funcionarios e instituciones como la Organización de las Naciones Unidas(ONU) con las tareas para resolver las urgencias sociales y el desencanto del mundo ideal vendido por las historias fantásticas de Disney que proclaman un canon y consumo asimismo su modelo fascista. Puntaje:80
Es una película de animación chilena, escrita y dirigida por un trío: Jorge Campusano, José Ignacio Navarro y Santiago O´Ryan. Es un film que se inscribe en la estética y estilo de South Park” y “Ricky y Morty”, que plantea como hacen un grupo de vagabundos anti-sistema para seguir con su estilo de vida. Es que en el mundo un ciberataque deja a todos sin dinero, la realidad conocida se desploma, el más malo es un re-identificable hombre del entretenimiento mundial, que decide quién será feliz estupidizado y quién esclavo. La única solución que encuentran los vagabundos es restablecer el sistema para poder estar en su contra… Una sátira que funciona bien, de trazo grueso donde no queda títere con cabeza. Se habla de padres desalmados, ricos de piedra, líderes mundiales actuales, rechazo, discriminación, estado militarizado, drogas. Las aventuras de un grupo heterogéneo y no siempre muy solidario son muchas y su recorrido entretiene con ausencia de cualquier sutileza, la incorrección política, el humor chancho o cruel y la estética de los feos, sucios y no tan malos.