Una mujer sobrevive al tremendo -e impune aún, vergüenza absoluta- atentado a la Amia. Sigue trabajando allí un poco más y decide un cambio de vida, volverse artista y usar el arte para inspirar a otros. Sin estridencias, con una narración precisa que va sumando alternativas hasta que el camino se vuelve brillante, el film es un cuento de superación que no pretende ser aleccionador, sino una fábula de lo real.