Ikigai

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Ricardo Piterbag (director de "Venimos de muy lejos, la película") nos presenta su segundo largo documental, "Ikigai, la sonrisa de Gardel", relato en el cual se muestra la difícil tarea de sobrevivir, a la inmensidad de una tragedia como la experimentada en la AMIA, en 1994, un año trágico para nuestro país. Aquel atentado terrorista (aún impune), generó una enorme herida en la comunidad judía y porteña aún no cicatrizada.
Ese 18 de julio, una de las sobrevivientes, Mirta Regina Satz (jefa de tesorería en el lugar), no estuvo en la lista de víctimas, pero presenció la brutalidad de ese ataque, in situ.
¿Cómo se vuelve de semejante dolor?¿Cuál es la estrategia para volver a tener ganas de vivir, después de presenciar tanta muerte? Mirta, corporiza el espíritu de resilencia en este relato.
Ella decide iniciar la reconstrucción, desde ese caos. Elige una figura porteña por excelencia, (Carlos Gardel) y comienza a diseñar una idea singular: crear con azulejos destrozados, un nuevo rostro para esa sonrisa que tenía el "Mudo".
La faceta artística de este enfoque, se complementa con otras voces, que hablan sobre la desintegración y cómo construir desde ese lugar, el tango, la colectividad, y la fuerza vital para seguir adelante. En lo personal, la película es un documento interesante sobre la pos-tragedia de la AMIA.
Creo que el seguimiento de Piterbarg hacia Mirta, es válido e intenso, pero que se alguna manera, hay ciertas cuestiones que me parecen fuera de foco en los relatos. Quiero decir, que las siento, no tan centradas sobre el tema de vivenciar el duelo y darle una dimensión artística, sino de otra naturaleza. Mirta es una gran convocante de "Ikigai, la sonrisa de Gardel" y el interés de la historia se apoya en su carisma.
En resumen, un doc que aporta a la construcción colectiva de la memoria y que tiene un valor potente, más allá de sus desniveles.