Il solengo es un documental cuidado cuyo rasgo sobresaliente va mucho mas allá de su temática. Me refiero al modo de abordarla estéticamente. Y esto abarca tanto a su dirección de arte, como a su fotografía, montaje, música y sonido. No es usual este relevamiento pero en este caso deviene pertinente.
La historia gira alrededor de un hombre llamado Mario di Marcella (el nombre de su madre) yacontece en Pratolongo, un pequeño pueblo del Lacio, en Vejano, parte de una Italia profunda y desconocida. Mario, llamado Il Solengo, se dice, que vivió encerrado en una cueva volcánica, alejado de la gente y de la civilización. Un solitario, violento por momentos, a la hora de su deseo de no comunicarse. Y cuyo accionar se atribuye a situaciones familiares que llevaron a su madre a vivir con él de niño en la cárcel, por haber matado a su padre.
Sus directores apelan al relato de un grupo de habitantes, quienes van a contar la versión que cada uno tiene sobre esta historia, desde las cuales no hay una pretensión de verdad.
La cámara va de los espacios que habitan cada uno de los que tienen la palabra, al espacio donde vivió Mario de niño, y de grande, y recorre a su vez un espeso bosque donde suenan los pasos de alguien que camina, y allí los sonidos y la música construidos con mucho sentido estético hacen de Il solengo un documental preciosista.
El recorrido por los lugares en que estuvo el protagonista hace prevalecer la premisa de existencia, quizá con más fuerza que con las palabras. Porque allí se habrían desarrollado los acontecimientos, porque allí se habría desarrollado su vida… con independencia de la presencia de la cámara. Y esos son quizá los momentos de tensión dramática. Esa representación espacial contribuye a profundizar la subjetividad del espectador del documental. Que en este caso se traduce en una estrategia, que ofrece pruebas en beneficio de su argumentación.
Un film para ver y disfrutar una elección estética para narrar lo que no vemos.