El protagonista de esta película tan áspera como contundente es un ser solitario cuyo comportamiento resulta un enigma para quienes lo rodean: il solengo del título es en definitiva un animal perdido, cuyo recuerdo persiste en los relatos de los mayores de un pueblo de la campiña italiana en las afueras de Roma. La película se articula a partir de charlas y testimonios de quienes conocieron al personaje, para trazar desde allí un panorama gris, lleno de zonas inasibles, de la primera mitad del siglo XX en Italia. La infelicidad secreta del personaje, figura central aunque elusiva de la trama, así como su hosquedad y su naturaleza insondable, se presentan como el fantasma de todo relato que se precie: así como no hay historia que valga sin claroscuros, tampoco hay cine de verdad sin un misterio cuya resolución está condenada al fracaso.