Se desarrolla en Buenos Aires en el año 2002 oportunidad en la que muchos debieron afrontar una etapa de crisis económica que provocó la quiebra de un importante número de empresas y que sirvió para que otros aprovecharan y realizaran el vaciamiento de otras tantas. Muchos argentinos quedaron sin trabajo y como consecuencia de esto algunos perdieron sus viviendas.
En ALURMAR, una fábrica de autopartes, los trabajadores se resisten a perder su único medio de vida, Juan Ralde (Carlos Portaluppi) es uno de esos empleados que tiene más años en dicha empresa, es donde aprendió todo y no sabe hacer otra cosa, además ya no es tan joven como cuando ingresó, hace más de ocho meses que no percibe su salario, solo algo de dinero a cuenta, que no le alcanza para nada, está casado, tiene una hija pequeña de nombre Micaela (Fiorella Indelicato) y su esposa Laura (Aymará Rovera- actriz de “Luna de Avellaneda”) está embarazada, tienen deudas y estas le hacen ver un futuro muy negro.
Todos los empleados deben tomar una determinación, no pueden seguir viviendo de promesas y esperar que la empresa realice negocios con los Brasileros (como ellos dicen), Daniel Alanis (Eduardo Cutuli), no les cree nada y es quien discute constantemente, en cambio uno de sus compañeros Osvaldo (Pedro Kochdilian) decide renunciar y no tiene fe de cobrar, prioriza su salud y piensa que esta situación no da para más.
Sigue pasando el tiempo y comienza la desesperación, nadie puede sostener mas esta situación. Aquí es cuando Juan, su mejor amigo y compañero, Daniel Alanis (Eduardo Cutuli), y el resto de los empleados comienzan a organizar una cooperativa de trabajo por consejo de un abogado. Dado que la fábrica se encuentra abandonada por sus dueños, deciden montar una de las tantas fábricas recuperadas que se dieron a conocer en aquellos años.
El director y guionista realizó una amplia investigación sobre el tema y a través de esos datos trabajó este guión. Los protagonistas Carlos Portaluppi y Cutuli, son excelentes actores y componen muy bien sus personajes, además Díaz Iacoponi los conoce muy bien porque filmaron un cortometraje (“Costo argentino - Historia: Mastering, 2004”); el elenco sabe sobre llevar las situaciones como: Aymará Rovera, Celina Font, Daniel Valenzuela, Manuel Vicente y Soledad Silveyra, pero los giros de algunos personajes son previsibles.
El relato provoca cierta nostalgia al recordar esta etapa de nuestro país, las situaciones y los diálogos con la desesperanza de muchos, no tiene golpes bajos, se encuentra bien realizado, la música bien aplicada, pero no logra mantener el ritmo y por momentos decae recurre a algunos cliché, y como conclusión podemos sostener que a pesar de todo el capitalismo sigue vivito y coleando haciendo de las suyas.