Firme junto al pueblo Nicolas Cage regresa para confirmar su compromiso con el mal cine en Infierno al volante, una más que viene a sumarse a la larga lista de títulos pobres en los que participó en los últimos años, alrededor de 15 en las que sólo se salvan Kick-Ass y Un maldito policía en Nueva Orleans. En esta oportunidad encarna a un criminal que se logra escapar del infierno para poder rescatar a su nieta, la cual fue secuestrada por una secta satánica que planea sacrificarla. Esto se va a complicar con la aparición del “contador”, un William Fichtner que es lo mejor de la película, el guardián del averno que va a tratar de regresarlo a las tinieblas. Con estos elementos y la suma de Amber Heard el combo tiros, autos rápidos y chicas lindas queda completo, y por 4 pesos más te lo agrandan con 3D.
En el último tiempo si hay algo que se está poniendo de moda es lo “bizarro”. Escudándose en esa palabra se puede hacer cualquier cosa, sin ningún tipo de pretensión, y después justificarlo diciendo que no se debe tomar tan en serio, que es un homenaje al cine clase B. En cartelera ya está Piraña 3D que es mejor, no hace falta un Nicolas Cage con peluca rubia matando a todo el mundo y querer que uno se prenda al chiste. Se hace entonces una película obvia y llena de clichés, algo que se ve desde los primeros cinco minutos cuando Milton se aleja caminando y en cámara lenta de un auto que explota. Si hay algo rescatable, además de la mencionada actuación, son algunas escenas de acción bien logradas o algún diálogo divertido como los que ofrecen los policías en sus diferentes apariciones.
Los efectos especiales también son correctos, aspecto que se cae hacia el final en la última batalla, cuando se hace gala de un trabajo digital de por lo menos veinte años atrás, algo que el 3D tampoco favorece, especialmente porque no aporta nada a una película que tiene menos adrenalina de la que promete. El director Patrick Lussier no conforme con ya haber dejado su huella con Sangriento San Valentin 3D, quiere mantenerse en las líneas del formato y parece aferrado sin ganas de soltarse (Condition Dead 3D ya está prevista para el 2012). Tampoco el guión se puede decir que sea bueno, si bien siendo una película de acción no es algo tan importante lo único que se necesita es que se mantenga sencillo o que si se vuelve complicado que tenga lógica, algo que no sucede dado que al final se torna confuso por el sólo hecho de dejar las puertas abiertas para una secuela. Sólo resta esperar que Cage no acepte hacer una segunda parte, como sí accedió con El vengador fantasma, y que sus problemas financieros queden en el pasado como sus protagónicos del presente.