Intemperie

Crítica de María Fernanda Mugica - La Nación

La película de Miguel Baratta retrata al artista plástico Eduardo Stupía a través del pequeño mundo personal de su taller y los objetos que guarda ahí: lienzos, bocetos, recortes, libros. Para cuando el protagonista aparece por primera vez en cámara, a los cinco minutos de la película, se siente como si uno ya lo conociera un poco pero también genera cierta intriga sobre él.

La contemplación de los detalles y del proceso de realización de su obra se combina con una entrevista, en la que Stupía habla sobre cómo el desorden se relaciona con su trabajo. La sencillez e inteligencia con las que el artista se expresa le agregan una bienvenida calidez a un documental que apuesta todo a la observación.