El club de los cinco
En 2014, Pixar se tomó unas pequeñas vacaciones y no estrenó ninguna película. El descanso fue bien merecido, porque este año no vuelven con uno, sino dos proyectos: Inside Out ahora, y The Good Dinosaur en noviembre. Apoyados mayormente en secuelizar sus productos con la excelente Toy Story 3, Cars 2 y la precuela Monsters University, la última película de Pete Docter en colaboración con Ronaldo Del Carmen regresa a las pasturas creativas del gigante de la animación, con una historia novedosa, única y muy fresca, rebosante de humor y el drama edulcorado al que nos tienen acostumbrados.
Desde el momento de la incepción de Riley, la niña a la que acompañamos en su viaje, la presencia de sus emociones es vital para su desarrollo emocional. Cada persona es un mundo, como dice el refrán, y nunca mejor dicho que en este caso. Dentro de la mente de Riley, y la de todos alrededor de ella, conviven cinco emociones encargadas de un Cuartel General, donde todo está milimétricamente planeado. Cada subnivel y detalle están planificados y creados con una calidad impresionante, una idea que refleja la novedad de la propuesta. Es como volver a ser un infante y entrar a una colorida juguetería por primera vez, y lo mejor de todo es conforme pasa el tiempo, más detalles se siguen agregando a la mesa. Pero sumar más elementos y obstáculos en el camino no es un tema menor para los directores y sus guionistas, sino todo lo contrario: el nivel intrincado de malabarismo con el humor y el costado dramático está tan bien balanceado que el resultado no es ni tan infantil ni tan adulto, sino que juega con los tópicos con una maestría absoluta. Cuando necesita ser graciosa, Inside Out es hilarante, y cuando necesita golpear duro con el drama, Inside Out es gloriosa.
Docter y Del Carmen se tomaron casi cinco años en construir poco a poco el universo de Riley, y no dejaron absolutamente nada al azar. No tienen miedo a ir exponiendo argumentos difíciles de una manera simple para que los menores entiendan y sean parte de la trama, ni tampoco de ir creando a su paso un mundo vasto y rico en detalles. Por supuesto, no podría ser una película de Pixar sin tener un gran lujo técnico, que se nota a través del colorido interior de la mente de Riley, así como también en la atención al detalle de la creación de los humanos, y la impresionante textura de las emociones, con una Alegría luminosa que parece formada por partículas en vez de tener una solidez visible.
El elenco de voces originales no podría haber sido elegido de una mejor manera. Cada voz es representativa de la emoción que le toca expresar, y los actores tienen la talla suficiente para enfrentar tal desafío. Amy Poehler es una campeona del optimismo y Alegría brilla e irradia luz en consecuencia. De seguro los productores han visto la energía de la actriz junto a su colega Tina Fey, y también en su destacada labor como Leslie Knope en la monumental serie Parks and Recreations, así que aplaudo la decisión de haberle eligido a ella y a sus compañeros por su talento y no por su relevancia social. Para mi total sorpresa, la contrapartida de Alegría es la Tristeza de Phyllis Smith, esa estupenda secundaria que llamó la atención en The Office y al lado de Cameron Diaz en Bad Teacher. Poehler y Smith son las encargadas de llevar a buen puerto la aventura, y tal como pasase con Woody y Buzz en Toy Story, deben dejar de lado las diferencias que las separan y trabajar juntas para lograr su objetivo. El resto de las emociones de Riley están interpretadas con mucha gracia por Bill Hader -Temor- Mindy Kaling -Desagrado- y Lewis Black -Ira- haciendo un gran quinteto entre todos.
Mucho más no se puede decir de Inside Out aparte de que es una nueva demostración de que en animación e historias memorables, nadie le gana a Pixar. Si nada se le cruza en el camino, estamos viendo a una próxima ganadora de un Oscar a Mejor Película de Animación, y los méritos están a la vista. Tierna, madura, graciosa, emotiva, Inside Out lo tiene todo.