"IntensaMente: de humanos y emociones"
En una era cinematográfica de formulas repetidas, superhéroes por doquier y precuelas (y secuelas) a la orden del día, llega “Intensa-mente”, una bocanada de aire fresco para adultos y niños de la mano de Disney/Pixar. Desde hace ya dos décadas, la empresa de la lamparita se calzó al hombro la producción de las películas animadas más emblemáticas de los últimos tiempos y, con este nuevo estreno, imponen su estilo y magia indiscutible una vez más.
“Intensa-mente” es quizás una de las propuestas más originales en materia de cine mainstream ya que la historia no está protagonizada ni por humanos ni por animales sino que en este caso, los humanos sirven como el escenario para mostrar a las verdaderas estrellas del film: las emociones.
La película comienza cuando Riley, de tan solo 11 años, se muda con sus padres a San Francisco y debe comenzar una nueva vida en esta nueva ciudad. Como es de esperarse, la adaptación no es nada fácil y mientras Riley intenta comprender cómo sobrevivir en una nueva casa, un nuevo colegio y a nuevas amistades, sus emociones (Alegría, Temor, Desagrado, Tristeza y Furia) se ponen en campaña para ayudar a la niña en este proceso que resulta ser, muchísimo más complejo de lo que parece.
La premisa de la película es muy interesante y está narrada de manera tal, que tanto adultos como niños (cada uno dando cuenta de los distintos niveles de interpretación que ofrece la historia) van a poder disfrutarla al máximo. En su versión original en inglés Amy Poehler le presta su voz a Joy (Alegría) mientras que Diane Lane y Kyle MacLachlan son los encargados de darles voz y voto a los padres de Riley. Con una claridad visual despampanante, Pixar demuestra su crecimiento como generadora de efectos animados y se posiciona a la vanguardia del mercado. Los colores, texturas, brillos y matices son sin duda los personajes secundarios por excelencia y una de las razones que hacen de este film un joyita para ver en pantalla grande.
“Intensa-mente” se perfilaba como uno de los grandes estrenos del año y ciertamente lo es. Ya sea que la vayas a ver por elección propia o haciéndole la gamba a algún niño de la familia (que todos sabemos es nuestro (in)consciente pidiéndonos verla a gritos), lo cierto es que es imposible mantenerse ajeno a la historia y no identificarse con algunas de las tantas situaciones y emociones por las cuales ahonda la película.
Resumiendo en pocas palabras: emoción y risas en cantidades industriales.