Pixar regresa con ideas, corazón, sentimientos, creatividad e ingenio. Un viaje al interior de la mente humana, la psicología infantil y la existencia. Intensamente es uno de los mejores estrenos del 2015.
Nunca deja de asombrar la creatividad de los realizadores de Pixar. El departamento de animación que revolucionó el género, e instaló un parámetro imposible de alcanzar en lo que respecta a calidad técnica de imágenes generadas por computadora, también impuso un estilo narrativo que muchos quisieron imitar, pero hasta el momento nadie pudo emular.
¿Por qué? Porque Pixar va a contracorriente. Comprada por los estudios Disney, los directivos –John Lasseter, Andrew Stanton, Pete Docter, Brad Bird, entre otros- revolucionan no solamente por el extraordinario trabajo audiovisual de sus historias, sino porque ese trabajo es profundamente conmovedor, divertido e imaginativo.
Inspirados en las películas de Studio Ghibli –y principalmente en la filmografía de Hayao Miyazaki– los directores de Pixar están a cargo de una empresa que goza de la suficiente libertad para criticar a las cadenas multinacionales –como Disney- y echarles directamente la culpa de la destrucción del planeta –caso Wall E- o bien tener una línea temática que analiza la infancia y el olvido de los sentimientos más genuinos e inocentes, a través de la mirada de los juguetes –saga Toy Story– monstruos imaginarios –Monstes Inc.- la vejez –Up: una aventura de altura– o los propios sentimientos que son inmutables, pero a la vez cambian con el paso del tiempo, como es el caso de Intensamente.
El tiempo vuelve a ser un factor determinante en esta historia creada por Pete Docter. Al igual que en Up, el realizador de esta maravilla, nos cuenta en los primeros 5 minutos de film, la vida de Riley desde su nacimiento hasta la pubertad, pero desde la mirada de los cinco sentimientos que nacen en su mente, Alegría, Miedo, Disgusto, Ira y Tristeza. A diferencia de la mayoría de otras producciones que suceden en el mundo real, pero con más similitudes con Monsters Inc. el universo de Intensamente es completamente nuevo y original. Docter y equipo no solo se la ingenian para crear una dinámica historia de aventuras y humor dentro de la cabeza de la niña, deteniéndose en la preadolescencia, sino que dan rienda suelta a su imaginación para que la mente tenga reglas propias, asociadas más con teorías psicológicas que con imágenes prediseñadas.
Aún así, y como se está hablando de un producto dirigido también al público infantil, hay ciertos anclajes y estereotipos, que no son para nada absurdos. La realidad es que el personaje de Riley está empezando a crecer y experimenta cambios en su temperamento, nace el carácter rebelde ante sus padres y la justificación de ese comportamiento es que Tristeza desea tener sus propios recuerdos –el personaje es la oveja negra de un grupo dominado por Alegría- e incluso ciertos recuerdos que eran alegres, ahora se convierten en tristes por acción de la conciencia de la niña de su propia existencia y el paso del tiempo. Algo lógico que cada ser humano experimentó en su vida, Pixar lo convierte en toda una aventura por el interior de la mente –no cerebro- humano.
El film es divertido, dinámico, rinde homenaje a diversas técnicas de dibujo –el departamento abstracto se lleva los aplausos- pero también se trata de una propuesta oscura y profunda. De todas las películas que se han hecho acerca del interior del cuerpo, ninguna se puso a analizar el factor sentimientos, con la originalidad de Intensamente. Al igual que en Toy Story, el crecimiento y la madurez se convierte en un tema en cuestión como factor inmodificable. La nostalgia y la tristeza son necesarias.
Si bien el film es narrado por Alegría; Docter y Del Carmen, también entran en la cabeza de adultos y otros chicos. Y aunque los realizadores dijeron que era divertido que Riley sea la única cuyos sentimientos tienen características físicas diversas, lo cierto es que conceptualmente, el hecho de que el padre, solamente tenga Ira y la madre, solo Tristeza, muestran una visión pesimista del crecimiento y el ser adultos.
El mensaje como en todo film de Pixar es valorar, cuidar y aprovechar la infancia lo máximo posible, indistinto al cambio de edad, pero también aceptar esa madurez.
Como en todas sus obras, la mudanza es un factor narrativo determinante – los humanos de Toy Story cambian de casa; Nemo pasa a otro ecosistema; los Increibles siempre deben mudarse de pueblo y adaptarse a otro ambiente; Remy, cambiaba las alcantarillas por una cocina parisina en Ratatouille; los insectos de Bugs también debían modificar su hábita, la humanidad se muda al espacio en Wall E, y el protagonista de Up cambia de ciudad- pero el mensaje implícito es el mismo –como gran referente del clasicismo estadounidense- no hay lugar como el hogar.