Un interesante y por momentos brutal, falso documental de horror, un subgénero tan transitado en los últimos tiempos, que parecía imposible generar algún tipo de originalidad. Por qué más allá de los sustos, y el horror (que hay mucho en el filme) el cineasta DAVID JUNG, nos concede un estudio sobre el escepticismo humano. Y a pesar de tener como basé un tema tan trillado, aporta novedades y aire fresco a los tópicos de las posesiones fílmicas, haciendo incapie más en la degradación del protagonista que en los efectos.
Sin la excelencia de clásicos como EL EXORCISTA o LA PROFECÍA, pero con pericia técnica y narrativa necesitaría para impresionar a las nuevas generaciones, la película no da respiro, crece en tensión a medida que avanza el metraje y logra inquietar al espectador más valiente.