Invocando al demonio

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Realizar la critica de esta película es una buena oportunidad para emular a los mismos que la pergeñaron, pero desde la critica, digo, buscar alguna critica realizada a un producto similar, copiar y pegar, cambiar algunos nombres, y algunas descripciones de los espacios físicos, y ya está.

Si ellos pueden hacerlo, e invadirnos con productos iguales, ¿por qué no nosotros?, los sufrientes espectadores.

Haré la prueba para ver como queda.

De un tiempo a esta parte vienen generándose proyectos audiovisuales de un amateurismo que da miedo, sobre todo cuando el género a que se recurre es el terror, para lo que no dejan de parecer ser practicas de estudiantes de “cine” que creen que todo se remite al uso de la cámara, la luz, y sobre todo el volumen.

Aclaro para que no ensombrezca, digo volumen y no sonido, pues este en el cine, y en el buen cine cumple también funciones narrativas.

Vamos bien, sigamos…

En cambio en esta propuesta el volumen sólo esta puesto de exabrupto, y con el único fin de sobresaltar al espectador.

Si a esto se le agrega que este ejercicio se encuadra en la para algunos “novedosa” modalidad del falso documental, tipo “The blair witch project” (1999), que es una secuela, tenemos cartón lleno.

Alto.

Acá ya debo empezar a agregar los detalles propios de éste producto en particular, algo así como un intento de sinopsis sobre lo que nos quieren contar.

Michael King es un supuesto director de cine documental, o algo parecido, que se presenta como agnóstico practicante, lo que en si mismo es una contradicción, o sea, no cree ni en Dios ni en el Diablo.

Luego de la muerte de su esposa en un accidente de transito, decide que su próxima película estará destinada a investigar los sucesos sobrenaturales, y como su objetivo principal es contactar a su esposa, debería centrar el experimento en él mismo.

Así, convoca a demonólogos, hechiceros, espiritistas y practicantes (en un momento me pareció ver a Jose Lopez Rega, el brujo, pero me di cuenta que es producción yankee, falsa alarma).

Experimentar con él y utilizar los más transparentes u oscuros hechizos y rituales para despertar las fuerzas de todo tipo, blancas, cristalinas, tenebrosas, que puedan llegar a producir el tan ansiado reencuentro con su esposa muerta.

Si, nobleza obliga, debo decir que existe una pequeña vertiente diferenciadora en esta, que es la aplicación de elementos psicológicos del personaje principal, de tan mala construcción y constitución que esa lectura se deja de lado rápidamente. El evidente compromiso corporal del actor no es novedoso, pero parece más un contorsionista que un representante del arte histriónico.

El director responsable utiliza los mismos mecanismos técnicos que en las películas de este, llamémoslo, “subgénero”, esto es, registro a través de una filmadora personal, y le agrega las de vigilancia de la casa.

¿Esto lo copie o acabo de escribirlo?

Bueno.

Todo transcurre frente a las lentes de esos dispositivos de video. Que el filme tenga un claro montaje, de cortar y pegar, nadie se dará cuenta.

En esa casa suceden cosas extrañas sólo registradas al principio por las cámaras, luego por la hija del protagonista, y más tarde por los restantes integrantes del elenco.

A esta altura creo que el lector estará pensando, esta critica ya la leí, eso es, esta producción ya la ví infinidad de veces, y para colmo no sólo no agrega nada sino que es burda en si misma.

Está todo tan del orden del refrito que no se cuál es la original y cuál la copia, hablando de las criticas, digo.