Al pobre hombre se le muere la mujer y, ateo imparcial, decide dedicarse a comprobar paranormalidades. Hay algo de crítica a la religión, pero todo salta por los aires en una sucesión de sustos y resustos con poca enjundia. Algunos funcionan bastante bien, otros no, aunque en conjunto es una película más de esas de terror satánico que le deben prácticamente todo a “El Exorcista” pero con otra tecnología.