ESPACIOS PARA RESISTIR AL CÓNDOR
Kollontai, apuntes de resistencia, ópera prima de Nicolás Méndez Casariego, parece el trabajo de un experimentado documentalista, a pesar de tratarse de su primer film. Esto evidencia por lo tanto un trabajo de investigación profundo y exhaustivo que se ha acoplado a un guion que por momentos parece desbordar información y en otros resulta confuso, aunque sabe cerrar cada uno de sus vértices investigativos para dar un panorama amplio y resuelto de la lucha de distintas agrupaciones de izquierda durante la dictadura de Bordaberry en Uruguay. Pero el documental sabe atrapar no solo desde la catarata de testimonios e información, sino también desde algunos segmentos ficcionalizados, anécdotas de una riqueza notable (la de Vilox o la de encuentros clandestinos con túnicas son algunas de las más ocurrentes) y un acertado trabajo de montaje.
Entre los elementos más óptimos del film se encuentra un detallado mapa de las agrupaciones de izquierda, algo que ayuda a identificar cada uno de los grupos y comprender mejor los debates internos que se daban dentro de las mismas, así como los planes de lucha. El enorme abanico de nombres que se presenta luego entre los testimonios y su identificación ayudan a que, si tenemos un conocimiento ligero, podamos seguir la narración sin problemas ni el riesgo de enredarnos con los datos. Los segmentos ficcionalizados quizá no tienen el mejor tono actoral pero la dirección, que recurre a clichés visuales ya canónicos de los filmes de espionaje, resulta efectiva y añade una valiosa dosis de entretenimiento que no obstaculiza la sobriedad informativa del guion.
La larga introducción prepara todas las piezas para comprender las repercusiones de la operación Alejandra, que implicaba la reaparición del PVP (Partido por la Victoria del Pueblo), tras su exilio forzado. La sangrienta persecución durante esta operación, en consonancia con la intensificación de la represión en Uruguay y otros países de la región, resulta en algunos de los momentos de mayor riqueza del documental. En particular la mención al caso de la persecución en Brasil de Lilián Celiberti, que demuestra las conexiones entre los gobiernos dictatoriales de la región en operaciones clandestinas. Otro detalle enriquecedor del documental es que nunca pierde perspectiva de cómo lo ocurrido en la región está alineado con lo ocurrido en Uruguay, ofreciendo un panorama global del siniestro Plan Cóndor.
En definitiva, un documental que sabe atrapar y al mismo tiempo ofrecer una perspectiva profunda de las agrupaciones de resistencia en el país vecino.