Gilles Lellouche es acusado sin razón
La película de Jérôme Salle (“Operación Zulu”) narra el calvario vivido por un diplomático francés que desarrolla su actividad en Siberia y se convierte en víctima de una operación de los servicios de inteligencia rusos.
Basada en una historia real, Kompromat: El expediente ruso (Kompromat, 2022) cuenta la historia de Mathieu (Gilles Lellouche), director de la Alianza Francesa de Irkutsk, quien es arrestado por abusar de su hija sin que esto sea cierto. Los FSB (servicios de inteligencia rusos) le inventan una causa por considerarlo un espía, una práctica anunciada como recurrente por su abogado defensor. Sin chances de una condena a su favor, Mathieu busca fugarse del país.
El film tiene un prometedor comienzo al estilo Hitchcock, mostrando al hombre inocente acusado injustamente que debe tolerar una situación traumática. La historia busca por todos los medios que sintamos empatía por el francés, un hombre común con hábitos y costumbres occidentales que no encajan con la mentalidad conservadora rusa.
Sin embargo, en su intento de hacer esta afirmación, la película desdibuja la historia, presentando un relato maniqueo en el que los rusos son fríos, brutales y malvados por naturaleza y los franceses buenos y progresistas. Aunque existen excepciones, como la rusa Svetlana (Joanna Kulig), quien está dispuesta a ayudar al francés porque ella misma experimenta la presión del régimen en su propia vida.
Mientras cuenta la historia del hombre común en una situación extraordinaria, Kompromat: El expediente ruso es una película efectiva y funcional que nos sumerge en el sufrimiento de Mathieu. Una especie de Expreso de medianoche (Midnight Express, 1978) moderna, con el protagonista luchando por demostrar su inocencia y algunos elementos del cine de espías.
Pero cuando la película se empeña en mostrar el progresismo de occidente en contraste con la cultura retrógrada rusa, se vuelve pedante y con subrayados innecesarios que subestiman al espectador. Una escena sintetiza la dicotomía taxativamente: Mathieu programa una obra de teatro modernista donde dos hombres se besan, y un funcionario ruso le recrimina “usted representa la debacle de la moral”.