Kryptonita

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Pudo ser un poco más

Kryptonita es una película de encierro, un grupo de personajes se resiste el asedio de otro grupo de personajes en plan Asalto a la prisión 13 (John Carpenter, 1976), aunque la acción transcurra en un hospital en Isidro Casanova. Los personajes que están adentro son ladrones, los de afuera policías, pero los de adentro son un grupo particular y extraordinario que poco a poco vamos reconociendo como una versión retorcida y autóctona de los personajes que nosotros conocemos como superhéroes. Ahí están Superman, Batman, Flash, la Mujer maravilla y otros más, pero su origen es el de los bajos fondos rioplatenses. Hasta ahí la tentadora premisa de la película de Nicanor Loreti, luego nos encontraremos con un film correcto que intentará no sucumbir al pesado cúmulo de referencias, influencias y homenajes.

Hay cosas que se pierden y otras que se ganan en el juego de tensiones entre los lenguajes literarios y cinematográficos. El secreto parece estar en mantener un equilibrio sin perder de vista el espíritu de la historia principal. Loreti, en general, logra mantener en pie el edificio de Kryptonita, incluso sosteniendo la estructura narrativa de la novela, esto de ir contando la historia de Nafta Súper por medio de testimonios y flashbacks, aunque eso signifique resignar movimiento en una historia con quizás demasiada quietud.

La novela de Oyola es una especie de adaptación, una combinación de ese universo de la mitología moderna norteamericana que son los superhéroes, con el ambiente del conurbano olvidado de las instituciones decadentes y corruptas, y también con algunos elementos autobiográficos. Se nota el esfuerzo de Oyola, y de Loreti por evitar la parodia berreta, captamos que los personajes son argentinos tan sólo al escuchar su lenguaje y no porque coman choripán. Sin embargo, en el caso de la película tenemos algunas actuaciones desparejas que perjudican un poco el resultado final. Es decir, el Federico de Pablo Rago o el Faisán de Nicolás Vázquez están menos logrados que el Ráfaga de Diego Cremonesi o la Lady Di de Lautaro Delgado, el Corona de Diego Capussotto queda en el terreno de la corrección, es una deformación de Violencia Rivas.

Hacia el final de Kryptonita se va notando la necesidad de movimiento físico, los diálogos potentes y el narrador poderoso del libro no terminan de aparecer en la versión cinematográfica. Además, se van acumulando una serie de testimonios injustificados de los personajes que tienen que terminar de redondear la historia de Nafta Súper, lo cual resulta en un final un tanto apurado o mal dosificado. Así y todo, la visión de Loreti aparece en todo su esplendor a fuerza de un par de secuencias de acción interesantes, y gracias a algunos personajes que terminan rescatando el espíritu de la novela como Lady Di. Kryptonita termina siendo una película que está bien, pero que no logra despegar culpa del peso de sus propias expectativas.