Los fitzcarraldos argentos
La singularidad de este documental dirigido colectivamente por los integrantes del Colectivo Cultural Estrella del Oriente, integrado por Daniel Santoro, Juan Carlos Capurro, Juan Tata Cedrón, Pedro Roth y Marcelo Céspedes es exponer bajo el artificio del documental las riquezas y contradicciones de todo proceso artístico antes de concretarse la obra en sí.
Pero esa sustancia cinematográfica atractiva se nutre de un proyecto mucho más ambicioso en relación a los alcances de su búsqueda y que se remonta a un fuerte debate sobre la conceptualización de lo que es o no una obra de arte por un lado y por otro de la manifiesta crítica a la institucionalización de lo artístico y a la mercantilización de la obra de arte que involucra políticas culturales o en su defecto la falta de criterio en materia de cultura que demuestra signos preocupantes de decadencia en las principales ciudades del mundo. Así como el protagonista de Fitzcarraldo (1982) soñaba con montar una ópera y su perseverancia lo llevó a concretar la imposible empresa de subir un barco por una montaña, los cinco artistas llegan a concretar la utopía del arte al servicio del hombre y de las causas sociales como la migración a partir de la concepción de un proyecto de enorme impacto político que se resume en la idea de transformar al hombre en obra de arte para ser exhibida como tal en los principales museos o exhibiciones.
Para ello, el proceso de transformación se resume en diferentes etapas a bordo de un crucero de titanio con forma de ballena, que albergaría a todo aquel migrante que sueñe con su arribo a Europa sin riesgo de deportación por las autoridades y sometido a una transformación espiritual a cargo de curadores y maestros que forman parte de esa metamorfosis casi alquímica y también de la tripulación de esta nave. L
as peleas entre los involucrados, el derrotero de su gesta por Europa o sencillamente en las infructuosas charlas telefónicas con una fundación española a la que presentaron la aplicación para una beca como parte de su estrategia contracultural para correr el velo de la hipocresía europea forman parte de los hallazgos de La ballena va llena que para aquellos cinéfilos traerá el recuerdo de los falsos documentales como La era del ñandú de Carlos Sorín y para quienes no sepan sobre la existencia de este modelo de cine simplemente aportará una manera inteligente y creativa de denotar y connotar discursos y pensamientos sin bajadas de línea o declamaciones grandilocuentes.