Este jueves se estrena este film dirigido por Sabrina Blanco, centrado en Tati (interpretada por Nicole Rivadero), una adolescente que vive en la Isla Maciel y se enfrenta a las complejidades que toda chica de su edad debe desafiar, como peleas con su padre, dificultades en la escuela, entre otras problemáticas. Sin embargo, en medio de estos conflictos, persigue un deseo: ser botera en las aguas del Riachuelo, aunque para ello deba superar distintos obstáculos que van presentándose.
En este film, la directora ha elegido alejarse de ciertos estereotipos que se han creado en las películas que narran historias sobre sitios marginales, donde principalmente suelen plasmarse escenarios violentos, donde la juventud no posee otra salida que recurrir a la misma para poder sobrevivir. Opuesto a estos parámetros, el film capta principalmente lugares sensibles, privilegiando el uso de la cámara en mano para poder acercarse y sugerir un retrato realista de la vida de la protagonista. Además de esta característica, es interesante percatar que el elenco que participa del film son no actores (sólo muy pocos de ellos lo son, como Sergio Prina y Gabriela Saidon), quienes logran un excelente trabajo, especialmente Nicole, la protagonista, que participa de la totalidad del film, y está retratada con planos muy interesantes que logran reflejar su intensa mirada.
Esta sensibilidad, nombrada previamente, se puede observar en los distintivos gestos de la protagonista, como su deseo de bailar, sus aventuras con su mejor amigo Kevin, su ayuda en un merendero, entre otros.
Además de los conflictos a los que debe enfrentarse Tati, también se presentan otras problemáticas y necesidades que vive el barrio donde fue filmada la película. La presencia de comedores para que los niños más pequeños puedan merendar, la ausencia de ayuda médica en hospitales, la gran diferencia que se presenta a pocos metros de la misma Isla, donde se encuentra uno de los lugares más turísticos de la Ciudad de Buenos Aires, es decir, Caminito, espacio que se contrapone totalmente a la Isla Maciel, y el Riachuelo, donde en la película vemos una sesión de fotos de una novia en el medio del agua. Frente a lugares utilizados para el turismo o como sets fotográficos, se opone uno olvidado por muchos, aunque se encuentre a pocos metros de distancia.
En síntesis, “La botera” es una interesante propuesta que nos muestra principalmente la historia de una adolescente y todas las complicaciones que trae transitar esta etapa de la vida. Filmada en el barrio de la Isla Maciel, retrata un mundo sensible, alejándose de ciertos estereotipos que se han formado a lo largo de los años.