La Boya: El argentino tiene corazón de agua salada.
El trabajo de poetas y artistas en la costa argentina es destacado en esta introspección cinematográfica del gran Fernando Spiner.
Dos amigos de toda la vida mantienen una misma tradición a pesar de llevar ya varias décadas viviendo separados. Uno dejó Gesell muy joven para iniciar su carrera en Capital y terminar haciendo cine por el mundo, mientras que el otro se quedo para crear toda una vida rodeando de su más grande pasión: la poesía. Todos los años se reúnen para nadar juntos hasta la boya que dejaron a muchas brazadas de la costa de su Villa Gesell natal. Esa entusiasta voluntad por adentrarse en lo profundo se encuentra en el centro de este documental. Realizado por un maestro del medio como es Fernando Spiner, y con presencia en el más reciente Festival de Mar del Plata.
La vida le gana al turismo en La Boya, dónde la familia y los afectos más cercanos del director sirven como trampolín para explorar los recónditos más ricos, y sedientos, de cultura en la costa de Villa Gesell. La excusa viene bien, como también se acepta la razón para que el viaje al agua de ese año sea diferente a los anteriores. Hace muchos años su padre ya fallecido había dejado una boya al cuidado de su querido amigo con una simple intención: llevarla a que se pierda en el mar. Obviamente, con un pulso tan disfrutable como el de Spiner, durante el film vamos a desarrollar más el significado de esta boya, de esta tradición y de este pueblo que se vuelve de todos en temporada alta pero de unos pocos durante el resto del año.
Cada viaje de Capital a Gesell es distinto, cada charla y recuerdo tan fresco como añejado. No será su lugar en el mundo, pero cotidianamente se encuentra nadando a él. Aunque el documental se encarga de que las raíces de su familia y la historia de su amistad se encuentre bien asentada desde un principio, concorde va avanzando cada vez se vuelve más centrada en Spiner. En los Spiner. Es una historia muy personal, una introspección que nos deja mirar curiosos a dos hombres mirando sus vidas habiendo nadado una buena cantidad de metros ya.
Los documentales suelen ser para unos pocos, uno de los géneros que más herméticos se ven desde afuera. Pero no por eso significa que realmente sea hostil. La Boya es un hermoso ejemplo de un documental que abre las puertas a cualquier curioso. Habla de la familia, de las amistades, las obligaciones y los placeres que uno tiene que saber darse. Muy argentina y apropiadamente sobre inmigrantes, es una experiencia muy valiosa que realmente va a estar esperándolos al alcance de cualquiera. Ojala varios se animen a mojarse los pies.