La carrera del animal

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

De nada sirve escaparse de uno mismo

De la FUC han salido todo tipo de directores y películas (algunas, incluso, ligadas al cine de género, como Los paranoicos o Fase 7), pero hay una suerte de marca, de escuela, que podría englobar a las películas de Matías Piñeiro, Alejo Moguillansky, Manuel Ferrari, etc.

En esa linea neo-nouvelle-vague, cuyo referente a nivel de "padrinazgo" podría ser Rafael Filippelli- se inscribe este debut de Nicolás Grosso, con un film en blanco y negro con aires de experimentación godardiana y reminiscencias del cine de Hugo Santiago.

Un padre ausente, dos hijos desorientados, una fábrica con 282 empleados a punto de cerrar, crecientes presiones de los trabajadores que pretenden llegar a la autogestión... De eso se trata La carrera del animal, un film que -más allá de sus desniveles actorales y de ciertos diálogos altisonantes y artificiosos- consigue imágenes, climas, situaciones inquietantes, de gran tensión y con un sesgo casi fantasmagórico. Otro joven director consagrado en el BAFICI (el film ganó la Competencia Argentina) para tener en cuenta.

(Esta reseña fue publicada con algunas modificaciones durante el BAFICI 2011)

Sobre Nicolás Grosso: Nació en Buenos Aires en 1984 y estudió en la Universidad del Cine. Fue asistente de dirección en Excursiones (Ezequiel Acuña, Bafici ’09), Castro (Alejo Moguillansky, Bafici ’09) y Un mundo misterioso (Rodrigo Moreno, 2011). Su corto No porque hoy sea feriado (2007) participó en numerosos festivales internacionales. La carrera del animal es su primer largometraje.

Entrevista con OtrosCines.com

-¿Cómo surge el proyecto, cómo lo pudieron desarrollar y qué apoyos tuvieron?

-El proyecto empieza con una idea de guión que venía elucubrando hacía tiempo: un pequeño drama familiar rodeado de intrigas no demasiado resueltas en un espacio suburbano. Luego se agregó su contrapartida en el campo; la cual, creo, le dio un matiz necesario a la película. Nada de todo esto hubiera sido posible sin el apoyo de la Universidad del Cine que, sin dudar un segundo, ofreció sus equipos para que podamos seguir adelante con el trabajo. Todo el rodaje y parte de la posproducción de la película se llevó adelante con lo que tuvimos a mano. No hubo más apoyo que el de la FUC, aún habiendo aplicado a subsidios tanto locales como internacionales.
Al final del camino, llegó el inesperado y muy bienvenido premio del Fondo Metropolitano, que fue lo que hizo que todo el esfuerzo haya valido un poco más la pena.

-¿Cómo definirías a la película (tema, búsquedas, estilo, desafíos que te planteaste)?

-La película trata sobre las relaciones paterno-filiales, sobre el vínculo entre hermanos y sobre cómo un personaje sortea el devenir de una empresa familiar en plena ebullición. La película es en blanco y negro por el distanciamiento que esto genera y por la necesidad de abstraer los espacios reconocibles. Quizás el mayor desafío fue desarrollar una trama de cierta intriga pero sin centrarse en la resolución de la misma. Dejando esto como factor de inquietud para concentrarse en las reacciones del protagonista antes los sucesos que plantea la película.