Es una coincidencia casi cósmica que en la misma semana se estrenen dos documentales que aborden la temática de la identidad familiar y la exploración del pasado en busca de respuestas. Ya hablé previamente de Esa película que llevo conmigo, y ahora es el turno de La casa de Wannsee, de Poli Martínez Kaplun. La edad y la experiencia separan a las cineastas, siendo Poli la que despierta una búsqueda más apasionante, ya que su propio retoño genera un estallido que intenta resolver en este cálido documental.